viernes, 4 de mayo de 2012

La NINFOMANIA y por qué


La mujer alemana que fue arrestada hace dos semanas por obligar a un hombre a hacer el amor ocho veces seguidas ha vuelto a actuar, según ha informado el diario británico The Daily Mail. La policía de Munich encontró a su última víctima, un hombre africano, llorando en la calle justo enfrente del apartamento de la mujer, en el que vivió un calvario de 36 horas. El hombre explicó a los agentes que conoció a la mujer en un autobús, fueron a su apartamento y empezó la pesadilla. Consiguió escapar del apartamento cuando se quedó dormida, pero no pudo ir muy lejos, pues apenas podía andar. Los agentes arrestaron de inmediato a la mujer, de 47 años, que ha sido llevada a un hospital psiquiátrico. El modus operandi de la ninfómana de Munich fue muy similar al de su primer secuestro sexual conocido. Su primera víctima, Dieter Schulz, de 43 años, flirteó con ella en un bar, fueron a su apartamento y ésta le obligo a tener sexo una y otra vez, hasta que consiguió huir a la terraza, donde llamó a la policía. La mujer, aunque fue arrestada, quedó en libertad con cargos y ha vuelto a actuar. La ninfomanía no es un término médico Este tipo de trastornos se suelen dar en personas que han sido víctimas de abusos en la infanciaAunque se trata de un término muy usado, la ninfomanía –y su equivalente masculina, la satiriasis– no es un concepto aceptado comúnmente en la práctica psicológica y médica. El aumento repentino o la frecuencia extrema en la libido y la actividad sexual se conoce como hipersexualidad, aunque los sexólogos no han llegado A un consenso acerca de qué comportamientos abarca, por qué aparece, ni cómo evitarlo. El deseo sexual varía enormemente en cada persona y lo que para algunos es demasiado, para otros es escaso, sin que por ello podamos hablar de un trastorno. El caso de la 'ninfómana de Munich' va más allá de la hipersexualidad, dado que obliga a sus víctimas a practicar sexo aún cuando están exhaustos. La psicóloga Rosa Melgar explica que este tipo de trastornos se suelen dar en personas que han sido víctimas de abusos en la infancia: “Se sienten poderosas mediante el sexo, creen que controlan la situación y les sirve para compensar los abusos que recibieron”. Hay mujeres muy activas en el plano sexual debido a un problema de orden físico, ya que tienen mayores niveles de testosterona, una hormona mucho más presente en los hombres. “Si a esto”, explica Melgar, “le añadimos una dificultad para controlar sus impulsos tenemos casos como el de Munich, una mujer con una alta necesidad sexual que no puede inhibirse”. Según la psicóloga, lo que es seguro es que se trata de una enfermedad, "se llame como se llame". Un problema residual, pero existente Melgar cuenta que es muy habitual encontrar en las consultas psicológicas a mujeres muy promiscuas y con una actividad sexual fuera de lo normal: “Suelen ser problemas de índole emocional y, en algunos casos, son secuela de abusos”. Lo que no es para nada habitual es encontrar mujeres “que no puedan aguantarse”, lo que se entiende por ninfómanas. En el caso de de Munich encontramos una amalgama de distintos trastornos. Por un lado la hipersexualidad y por otro lo que se conoce como “falta de control de impulsos”, algo “mucho más grave”, según Melgar. ¿Se pueden considerar que sus actos son violaciones? “Una violación es una acto de violencia sexual”, explica la psicóloga, “y la violencia aparece en el momento en que traspasas el límite de la libertad de otra persona”. “Si fuera un mero problema sexual se podría haber saciado a sí misma”, explica. Tal como explica Melgar, este tipo de trastornos deben tratase de dos maneras. Si hay un desorden hormonal se deben administrar fármacos que lo corrijan y si, como parece ser el caso, hay una falta de control, “es necesaria una terapia psicológica conductual, igual que ocurre con un alcohólico o cualquier persona adicta.

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