miércoles, 12 de octubre de 2016

Por que las Mujeres no alcanzan el orgasmo

Ana es una mujer aparentemente sana, lleva años con su pareja, le atrae, siente deseo, se excita y mantiene y disfruta de las relaciones sexuales con él. Sin embargo, no es capaz de alcanzar el orgasmo. El caso de Eva les ocurre a más mujeres y es motivo de consulta recurrente a los expertos. 
Si buscamos cifras sobre la cantidad de mujeres que tienen esta incapacidad, éstas bailan. Se dice quecerca del 60 por ciento de las mujeres no alcanza el orgasmo, pero este dato es antiguo y tal y como confirma Silvia Carpallo, periodista especializada en salud y sexóloga, se refiere únicamente al orgasmo a través de la penetración vaginal y se olvida de que el clítoris es el encargado del placer sexual.
Respecto a las causas, Rosario Castaño, directora de la Unidad de Psicología Clínica y de Sexología del Centro Médico Instituto Palacios, indica que una mujer puede tener sexo sin orgasmo; las causas de que esto ocurra generalmente suelen ser psicológicas. “No debemos pensar sólo en traumas infantiles. Se puede deber a una educación estricta donde las mujeres tienen que tener un papel subordinado al varón y además responder a unos estereotipos en los que una mujer respetable no debería manifestar ningún tipo de sensación o sentimiento sexual”, y continúa, “esto unido a un carácter controlador, a mitos o miedos infundidos, o baja autoestima sexual puede provocar anorgasmia. En estos casos, la mujer se adapta a los deseos y necesidades de su pareja y no consigue desinhibirse, no olvidemos que el orgasmo no deja de ser una autoafirmación de sí mismo, tanto en la mujer como en el varón”.
Sin embargo, en algunos casos esto se debe a otros problemas como la dispareunia, por ejemplo, pasando por una infección que provoca dolor vaginal, hasta una endometriosis, o como consecuencia del efecto secundario de algún medicamento, como los antidepresivos. Además, si la anorgasmia es secundaria (se han tenido anteriormente orgasmos, pero ahora no) las causas pueden ser debido a problemas con la pareja actual, o con la edad, como consecuencia del síndrome menopáusico, ya que el déficit de hormonas sexuales provoca la incapacidad para alcanzar el ciclo de la respuesta orgásmica.

¿Ya no voy a disfrutar de la intimidad con mi pareja?

La respuesta es no. “Yo lo explico diciendo que hay que dejar de ver el sexo como una carrera en la que solo nos obsesionamos con llegar a la meta y empezar a verlo con un paseo, en el que podemos disfrutar de las vistas, de la compañía, de pequeños momentos...”, señala Carpallo, autora del libro El orgasmo de mi vida.
El problema para la mujer, especifica Castaño, comienza cuando aparece la frustración al no conseguir calmar la excitación por medio del orgasmo y sienten que les falta algo y que tienen un problema físico que deben resolver. “La mujer no consigue algo que considera que todas las tienen de forma natural, suele ocurrir cuando además, tiene una pareja que no para de preguntar qué tal le ha ido en cada relación y no quiere mentir, lo que le hace sentir como si tuviera que cumplir con una obligación”, apostilla.
En estas circunstancias conseguir un orgasmo puede llegar a convertirse en una obsesión e impedir a la mujer disfrutar de su sexualidad.

Causas y soluciones: ¿por dónde empiezo?

En muchos casos la situación puede ser más frustrante para la mujer puesto que ella sola mediante la masturbación sí llega al orgasmo, pero en pareja no. “Puede ser que la mujer a solas se concentre en su placer y que en pareja se sienta más dispersa y le cueste llegar; puede ser que sepa lo que le gusta, pero que le cueste comunicarlo, o puede ser que la pareja tenga dificultad para llevarlo a cabo, o que se trate de parejas ocasionales con las que sea más difícil tener confianza... Son muchos factores, por ello lo más importante es la comunicación, ver qué puede ser lo que nos está dificultando esa experiencia y buscar, juntos, la forma de que se vuelva igual de placentera para ambos”, recomienda Carpallo.
A la falta de comunicación en la pareja se le añade otro factor, la vergüenza. Castaño explica que la vergüenza es el primer sentimiento humano que se instala y es necesario pues marca la diferencia entre una persona y otra y contribuye a formar nuestra identidad. Sin embargo, el exceso de vergüenza, el sentimiento de avergonzarse de uno mismo, es uno de los que más bloquean la espontaneidad en la relación sexual.
El primer paso para acabar con esta frustración es seguir un tratamiento de terapia individual que ayude a la mujer a entender su propia sexualidad. En la mayoría de los casos a este tratamiento inicial se suma la terapia de pareja “porque la relación sexual es una cosa de dos y el peligro es considerar que el problema y la responsabilidad de la buena marcha de una relación sexual es sólo de uno de sus miembros”, según especifica la directora de la Unidad de Psicología y Sexología del Instituto Palacios.
Ambas tranquilizan a las mujeres: pueden conseguir el orgasmo. Castaño da una serie de recomendaciones: en primer lugar hay que aprender a pensar en una misma, conseguir una autoestima sexual, aprender a hacerse cargo de sus sensaciones sexuales, trabajar el sentimiento de vergüenza y la capacidad para la iniciativa en la relación y posteriormente investigar sobres sus fantasías sexuales.
“Este tema suele ser complejo precisamente porque las personas confunden fantasías sexuales con lo que superficialmente se entiende por hacer sexo de una u otra manera, y en realidad de lo que estamos hablando es de cómo se fantasea alguien en el sexo, como se ve a sí misma como persona sexual, no se trata tanto de saber qué le gusta o no el sexo”, aclara. Por otra parte, es importante trabajar qué se le pide a la pareja, o qué no por miedo y miedo a qué.
Es un aprendizaje continuo. No se trata de vivir la búsqueda del orgasmo con ansiedad, sino como un juego en el que ir descubriendo nuevas sensaciones, ir probando cosas”, concluye Carpallo.

Ver también:

domingo, 10 de abril de 2016

Los Amores en la Literatura Catalana Laura Borras

El 10 de abril tuvo lugar en la Casa del Libro (rambla de Catalunya, 37, Barcelona) la presentación de Dos amants com nosaltres (Ara Llibres), de la profesora de la UB Laura Borràs, una recopilación comentada de las historias de amor y desamor más apasionadas que ha producido la literatura catalana. El nuevo volumen de Borràs fue presentado por el catedrático de Lingüística de la UB Sebastià Serrano.
Un año después de acercarse al gran público con el ensayo Per què llegir els clàssics, avui, Laura Borràs recoge algunas de las historias de amor y desamor más intensas de la literatura catalana, desde la relación imaginada por Joanot Martorell entre Tirante y Carmesina o el enfrentamiento entre el amor puro y el amor posesivo de Tierra baja, de Guimerà, hasta los amores perdidos o los amores adolescentes de Espejo roto, de Rodoreda, o la inspirada Teoria dels cossos, de Gabriel Ferrater.

ELS AMORS D'HIPÒLIT I DE L'EMPERADRIU


ELS AMORS D'HIPÒLIT I DE L'EMPERADRIU
L'emperadriu se n'anà a la seva cambra i digué a les seves donzelles que li fessin venir els cambrers, per tal com volia mudar les cortines de ras i posar-n'hi unes altres de seda, totes brodades. Els digué:
-L'emperador m'ha dit que aquesta nit vol venir ací, i desitjo fer-li una mica de festa, per tal com fa molt temps que no hi ha vingut.
A corre-cuita féu desmuntar tota la cambra i la féu encortinar tota de teixits de brocat i de seda; després féu perfumar molt bé la cambra i el llit.
Quan hagueren sopat, l'emperadriu es retirà dient que tenia mal de cap. Una donzella que s'anomenava Eliseu, en presència de totes les altres donzelles, li digué:
-Senyora, vol vostra altesa que faci venir els metges perquè us donin algun remei?
-Fes el que vulguis -digué l'emperadriu-, però procura que l'emperador no se n'assabenti, perquè no fos que s'excusés de venir ací aquesta nit.
Immediatament vingueren els metges i li prengueren el pols, i l'hi trobaren molt alterat per l'excitació que tenia, com si esperés entrar en lliça de camp closcontra cavaller jove i temés la perillosa batalla. Digueren els metges:
-Bo serà, senyora, que vostra majestat prengui uns quants confits de canyamó amb un got de malvasia, que us alleugeriran el cap i us faran dormir.
Respongué l'emperadriu:
-Bé em penso que dormiré ben poc, a causa del molt mal que sento, i que encara menys reposaré, car, en l'estat en què em trobo, crec que cercaré totes els racons del llit.
-Senyora -digueren els metges-, si això s'esdevenia com la majestat vostra ha dit, feu-nos cridar de seguida; o si preferiu que us vetllem a la porta de la vostra cambra o ací dins, perquè d'hora en hora us puguem mirar la cara, així passarem tota la nit.
-Ni un servei ni un oferiment semblants -digué l'emperadriu-, no els accepto de moment, car vull tenir tot el llit per a mi, i no vull que cap de vosaltres em miri a la cara si mostrava algun neguit, car un mal com el que jo tinc no suporta la vista de ningú. I, amb aquesta, us en podeu anar, car jo em vull posar al llit.
Els metges se n'anaren. Quan foren a la porta li digueren que no s'oblidés dels confits i que els remullés bé amb la malvasia, perquè li anirien molt bé per a l'estómac. L'emperadriu fou tan obedient que una gran capsa se'n menjà; després els remullà molt bé. I manà que perfumessin molt bé el llit i féu posaralgàlia als llençols i als coixins. Quan això fou fet, i ella ben perfumada, manà a les seves donzelles que se n'anessin a dormir i que tanquessin la porta de la seva cambra.
A la cambra de l'emperadriu hi havia un recambró on ella s'acostumava a pentinar, i al recambró hi havia una porta que eixia en un terrat, on Hipòlit estava. I per la manera com ella es llevà, Eliseu la sentí i es llevà immediatament pensant que l'emperadriu no tingués algun mal. I  trobant-se a la cambra, li digué:
-Què té vostra altesa que així us heu llevat? Us senteu més malament que no crèieu?
-No -respongué l'emperadriu-, al contrari, em sento molt bé, però m'havia oblidat de dir aquella devota oració que jo acostumo a dir cada nit.
Digué Eliseu:
-Senyora, feu-me la immensa gràcia que vostra altesa me la vulgui dir.
-De bon grat -digué l'emperadriu-. I és aquesta, que a la nit, quan veuràs el primer estel, t'agenollaràs a terra i diràs tres parenostres i tres avemaries en veneració dels tres reis d'Orient, perquè, així com ells foren guiats i guardats (anant, vetllant, dormint i estant) de les mans del rei Herodes, els plagui voler recaptar-te la gràcia del gloriós Déu Jesús i de la seva santíssima Mare, a fi que siguis alliberada de vergonya i d'infàmia i perquè totes les teves coses prosperin i augmentin en béns; i estigues segura que obtindràs tot el que vulguis. I no em destorbis de la meva oració.
La donzella se'n tornà al llit i l'emperadriu entrè al recambró. Quan considerà que la donzella ja era al llit i sentí tocar l'hora fixada, es vestí sobre la camisa una roba de vellut verd folrat de marts gibelins. I un cop oberta la porta del terrat, veié que Hipòlit hi estava estès, sobre el terrat, perquè no pogués ésser vist des d'enlloc. Ho celebrà, pensant que ell guardaria molt bé el seu honor. Quan Hipòlit la veié, si bé cada vegada es feia més fosca nit, s'aixecà immediatament i anà cap a ella. I, agenollant-se, li besà les mans i també li volia besar els peus, però la valerosa senyora no ho comportà, sinó que el besà moltes vegades a la boca; l'agafà de la mà, mostrant-li un amor infinit, i li digué que anessin a la cambra. I Hipòlit digué:
-Senyora, la majestat vostra m'haurà de perdonar, perquè mai no entraré a la cambra fins que el meu desig no participi en la glòria esdevenidora.
I la prengué en braços i la posà a terra, i aquí sentiren l'última fi de l'amor.
Després, amb moltíssima satisfacció, entraren al recambró. (...)
-Senyora -digué Hipòlit-, ara no és temps de fer gaires raons, sinó que us demano, com a gran gràcia i favor, que anem al llit, i allí parlarem d'altres negocis que augmentaran el vostre plaer i seran un gran consol per a mi.
I dit això, tot d'una Hipòlit es despullà. Anà cap a la gentil vella i li despullà la roba que vestia, i l'emperadriu restà en camisa. I era el seu noble cos tan gentil i proporcionat, que qui la veiés d'aquesta manera s'adonaria com era una donzella que posseïa tanta bellesa com pogués trobar-se al món. La seva filla Carmesina se li assemblava en moltes coses, però no en totes en conjunt, car l'emperadriu, quan tenia la seva edat, la sobrepassava. El galant l'agafà del braç i la pujà al llit, i aquí estigueren parlant i rient així com s'acostuma entre les persones enamorades. Passada la mitjanit, la senyora sospirà profundament.
-Per què sospira vostra majestat? -digué Hipòlit-. Digueu-m'ho, us ho demano per pietat, així Déu us deixi complir tot el vostre desig. Serà potser perquè no heu quedat prou satisfeta amb mi?
-És tot al contrari del que dius -digué l'emperadriu-, car, per contra, m'ha augmentat la voluntat, ja que, si al principi et tenia per bo, ara et tinc per molt millor i més valent. La causa del meu sospir no ha estat per voler  més, sinó perquè em dolc  de tu perquè et tindran per heretge.
-Com, senyora! -digué Hipòlit-. Què he fet jo perquè m'hagin de tenir per heretge?
-Certament -digué l'emperadriu-, sí que ho poden fer, perquè t'has enamorat de ta mare i has mostrat la teva valentia.
-Senyora -digué Hipòlit-, ningú no coneix el vostre gran valor sinó jo, que miro el vostre galant cos, ple de totes les perfeccions, i no hi veig res que hi sigui sobrer.
D'aquestes coses i de moltes altres parlaren els dos enamorats, amb tots aquells plaers i llepolies de què solen gaudir aquells qui bé s'estimen, i no dormiren en tota la nit, que gairebé el dia volia arribar. I bé que l'emperadriu digué la veritat als metges, que poc dormiria aquella nit. I ja cansats de vetllar, s'adormiren quan ja era de dia.
Quan ja era ple dia, la donzella Eliseu, qua ja s'havia acabat de vestir, entrà a la cambra de l'emperadriu per demanar-li com es trobava i si volia manar-li res. Quan s'acostà al lllit, veié un home al costat de l'emperadriu, la qual tenia el braç estès, i el cap del galant sobre el braç i la boca a la mamella.
-Ai, Maria santíssima! -digué Eliseu-. Qui és aquest traïdor renegat que ha enganyat la meva senyora?
Tingué la temptació de cridar amb forts crits, com aquell qui vol dir:
-Mori el traïdor que amb cautela i engany ha entrat en aquesta cambra per posseir el goig d'aquest benaventurat llit!
Però després pensà que ningú no hauria tingut tan d'atreviment d'entrar allí contra la voluntat de l'emperadriu, i que l'adornament de la cambra no tenia gens de misteri. I feia tot el possible per reconèixer-lo i no podia, perquè aquell tenia el cap abaixat i no el podia distingir bé. Tenia por que les altres donzelles no entressin a la cambra per servir l'emperadriu, així com acostumaven a fer. Eliseu entrà on elles dormien i els digué:
-La senyora us mana que no eixiu de la canbra perquè no feu soroll, perquè encara no ha acontentat prou els seus ulls amb l'agradable son en què està.
Després, passada mitja hora, els metges vingueren per saber com estava l'emperadriu. La donzella anà a la porta i els digué que la senyora reposava, per tal com durant la nit havia estat una mica trasbalsada.
-Nosaltres ens estarem ací -digueren els metges -fins que sa majestat es desperti, car així ens ho ha manat el senyor emperador.
La donzella, que no sabia asserenar-se -ni sabia si despertar-la o no-,  estava en aquella preocupació, que li durà tant fins que l'emperador tocà a la porta de la cambra. La donzella, enutjada i sense gaire paciència ni prou discreció, anà a corre-cuita al llit i cridà amb veu baixa:
-Lleveu-vos, senyora, lleveu-vos, que la mort se us apropa! El trist del vostre marit toca a la porta i sap que amb deslleialtat, en perjudici de la seva pròspera persona, l'haveu ofès indignament sense cap causa ni motiu. Qui és aquest cruel, que ha portat tant de dolor, que es troba al costat vostre? És rei desconegut? Prego al Déu sobirà que jo li vegi posar corona de foc al cap. Si és duc, que jo el vegi acabar els seus dies en presó perpètua. Si és marquès, que jo li vegi menjar de ràbia les mans i els peus. Si és comte, que hagi de morir d'armes traïdores. Si és vescomte, que jo li vegi partir amb espasa de turc el cap fins al melic d'un sol cop. I si és cavaller, deixant de banda qualsevol mena de pietat, que acabi els seus dies en mar tempestuosa, al fons del fons. I si habités en mi tant   valor com posseïa la reina Pantasilea, jo l'en faria penedir, però el trist costum em porta a lamentar-me i a plorar.
Quan l'emperadriu veié que la despertaven amb tan mal so, pitjor que de trompeta, l'ànim no pogué donar forces a la llengua perquè parlés, ans restà immòbil i no pogué parlar. Hipòlit no entengué les paraules de la donzella, sinó que tan sols sentí la veu. I perquè no fos reconegut, posà el cap davall la roba. I veient la gran angoixa que la senyora passava, li posà el braç sobre el coll i la féu abaixar davall la roba, i li demanà quina era la causa del greu turment que patia.
-Ai, fill meu! -digué l'emperadriu-. En aquest món no es pot atènyer cap goig sencer. Lleva't! Vet ací l'emperador a la porta. En aquest moment la teva vida i la meva estan a les mans de Déu. I si jo no et puc parlar, ni tu a mi, perdona'm de bon cor, com jo et perdonaré a tu, que ara veig que aquest dia haurà estat el principi i el final de tota la teva felicitat i plaer, i el darrer terme de la teva vida i de la meva. Em causarà un gran enuig que, després de la teva mort, jo no pugui banyar el teu sepulcre amb les meves adolorides llàgrimes ni portar els meus cabells estarrufats. Dins l'església no em podré llançar sobre el teu cos mort ni robar-te'n besos freds, tristos i amargs.
Quan Hipòlit sentí dir aquestes paraules a l'emperadriu, molt es compadí de si mateix, com aquell qui no s'havia vist mai en una situació  semblant. I per la poca edat que tenia, féu companyia a l'emperadriu servint-la més amb llàgrimes que amb consell ni remei. Tanmateix, pregà a la donzella que li fes el favor de portar-li l'espasa que hi havia al recambró i, recuperant l'ànim, digué:
-Ací, davant la majestat vostra, vull prendre martiri i retre l'esperit, i tindré la meva mort per ben emprada.
En aquell instant l'emperadriu no sentí cap soroll. Digué a Hipòlit:
-Vés-te'n, fill meu, salva't en aquell recambró! I si és cosa d'importància, jo els entretindré amb raons i tu podràs salvar la teva vida, la qual desitjo que conservis amb honor i posició en aquest món.
-Encara que em donessin tot l'imperi grec i quatre vegades més que no és, jo no desempararia la majestat vostra. Vull abandonar la vida i tot quant tinc abans que separar-me de vostra altesa, i us suplico que em beseu com a fermança -digué Hipòlit.
Sentint dir l'emperadriu les paraules amunt dites, li augmentà el dolor i, així com augmentà molt en dolor, la necessitat la requerí que augmentés molt en amor. I no sentí cap soroll. Anà a la porta de la cambra per escoltar si sentiria gent d'armes o algun altre indici de mal, i veié, per una petita escletxa que hi havia a la porta, l'emperador i els metges que discutien de la seva malaltia, i així tingué ple coneixement que el fet no era greu. Tornà corrent cap a Hipòlit i l'agafà per les orelles i el besà intensament, i li digué:
-Fill meu, perquè t'estimo molt et prego que te'n vagis en aquell recambró fins que jo pugui donar alguna excusa adequada a l'emperador i als metges.
-Senyora -digué Hipòlit-, en totes les coses del món jo seré més obedient  a la majestat vostra que si m'haguéssiu comprat com a captiu, però no em maneu que me'n vagi, perquè ignoro si vénen per fer algun mal a la vostra persona.
-No tinguis por -digué l'emperadriu-, car, si així fos, hi hauria gran tumult per tot el palau, i jo bé sé que no passa res del que Eliseu m'ha dit.
Hipòlit immediatament entrà al recambró, i l'emperadriu se'n tornà al llit i féu obrir les portes de la cambra.
L'emperador i els metges vingueren al llit i parlaren amb ella, demanant-li per la seva malaltia i com s'havia trobat aquella nit. L'emperadriu respongué que el mal de cap amb el malestar d'estómac no l'havien deixada dormir ni reposar en tota la nit fins que els estels del cel s'amagaren:
-I en aquell moment, que els meus ulls ja no pogueren suportar de vetllar més, em vaig adormir, i ara em trobo molt més alegre i contenta que al principi. I em sembla que, si hagués durat més aquell plaent dormir, més bé es trobaria la meva ànima, que en una nit trobà tant de consol. Però en aquest món la persona no pot atènyer en un sol dia o nit el goig sencer, car, a causa del dolorós despertar que m'ha donat aquesta donzella, m'he alterat tant que el meu esperit ha restat en la més greu aflicció que pugui dir-se. Però si jo podia tornar a l'estat anterior, tocant i tenint en els meus braços les coses que estimo i que he estimat en aquest món, molt em consolaria. I crec que, si jo pogués atènyer això, hauria trobat paradís en aquest món i perfecció de glòria. I podeu creure, senyors, que, si jo podia tornar en aquell gloriós repòs, la meva ànima estaria tan contenta que ben aviat guariria.
Digué l'emperador:
-Digueu, senyora, què era el que teníeu als vostres braços?
Respongué l'emperadriu:
-Senyor, el major bé que jo he tingut mai i que encara estimo per sobre de totes les coses del món. I de veritat puc dir que, estant en la pietosa vetlla, em vaig adormir, i immediatament em semblà que estava en camisa i amb una roba curta de vellut, folrat de marts gibelins, de color verd, i que era en un terrat per dir l'oració que acostumo a dir als tres reis d'Orient, i que, acabada de dir la beneïda oració, vaig sentir una veu que em digué: "No te'n vagis, que en aquest lloc obtindràs la gràcia que demanes." I no tardà gaire que vaig veure venir el meu fill tan estimat, acompanyat de molts cavallers tots vestits de blanc, que portava Hipòlit de la mà. I acostant-se a mi, m'agafaren tots dos les mans i me les besaven, i em volien besar els peus, i jo no ho volia consentir. I asseguts al paviment del terrat, intercanviàrem moltes paraules de consol, amb les quals jo em vaig satisfer molt, i foren tantes i tan delitoses que ja mai més no m'eixiran del cor. Després entràrem a la cambra i, agafant-lo per la mà, el meu fill i jo ens posàrem al llit, i jo vaig posar-li el meu braç dret sota les seves espatlles, i la seva boca besava les meves mamelles. Mai no he tingut un dormir tan plaent, i el meu fill em deia: "Senyora, ja que a mi no em podeu tenir en aquest miserable món, tingueu per fill el meu germà Hipòlit, car jo me l'estimo tant com a Carmesina." I quan deia aquestes paraules, estava ajagut al meu costat, mentre Hipòlit, per obediència, estava agenollat al mig de la cambra. Jo vaig demanar-li on era la seva habitació, i em digué que l'havien col·locat al paradís entre els cavallers màrtirs, per tal com havia mort en batalla contra infidels. I ja no li vaig poder demanar res més, perquè Eliseu em despertà amb un so més punyent que el de trompeta.
-No us ho dic jo -digué l'emperador- que no parlava sinó del seu fill?
-Ai senyor -digué l'emperadriu-, que a ningú no li costà tant com a mi! En aquest braç jo el tenia, i la seva plaent boca tocava els meus pits. I dels somnis que es fan de matinada, molts en resulten vertaders. I penso que encara no se'n deu haver anat. Voldria provar, dormint, si em tornava a parlar, i perquè recuperés les delícies en què estava.
-Jo us prego -digué l'emperador- que no us poseu aquestes follies al cap, i que us lleveu del llit si us trobeu bé, car, en aquestes coses de què parleu, qui més hi arrisca més hi perd.
-Jo us suplico, senyor -digué l'emperadriu-, que, per la meva salut i pel plaer que espero aconseguir, us plagui deixar-me reposar una mica més, car tinc els ulls tots entelats de poc dormir.
-Senyor -digueren els metges-, la majestat vostra bé se'n pot anar i deixem-la dormir, que, si li traiem aquest desig, no seria estrany que la seva malatia augmentés en més alt grau que ara no és. (...)

domingo, 13 de marzo de 2016

Isabel II reina ninfomana


- En el año 1861 tuvo a María del Pilar Berenguela fallecida a los dieciocho años.
- En el año 1862 tuvo a María de la Paz de Borbón y Borbón, que fue casada con Luis Fernando de Baviera.
- En el año 1864 tuvo a María Eulalia de Borbón y Borbón, duquesa de Galliera, fue casada con Antonio de Orleans y Borbón.
- En el año 1866 nació Francisco de Asís Leopoldo de Borbón y Borbón, fallecido a las pocas semanas de nacer.

martes, 10 de noviembre de 2015

Rocío Rodríguez es autora de la novela El sodomita y la Inquisición,

Este ensayo está basado en la Tesis Doctoral de Antropología Social, del mismo título, de Rocío Rodríguez. La autora estudió 638 de los casos de sodomía, del Archivo Histórico Nacional, que se dieron entre 1550-1700, en los tribunales de la Inquisición —Barcelona, Valencia y Zaragoza—, ya que sólo era en la Corona de Aragón donde el Santo Oficio tenía competencias para castigar el llamado en la época crimen de sodomía, pecado nefando, delito de pecado nefando contra natura o pecado contra natura. A lo largo del trabajo comprobó las diversas y, a veces, chocantes excusas que los reos presentaban ante el tribunal, con el fin de lograr una condena lo más leve posible, pues podían acabar en la hoguera, en las galeras, ser azotados, desterrados o perder sus bienes.
Los protagonistas son hombres de diferentes niveles sociales, incluso clérigos, pero donde no aparecen miembros de la nobleza ni altos dignatarios de la Iglesia. Se da una visión de la homosexualidad a través de la historia, las leyes —tanto civiles como eclesiásticas— y los castigos a los que fueron sometidos los acusados, así como las estadísticas del periodo investigado.
Rocío Rodríguez es autora de la novela El sodomita y la Inquisición, ambientada en la España de los siglos XVI y XVII y basada en los hechos que se relatan en este ensayo.

sábado, 24 de octubre de 2015

Confesiones sin vergüenza (Grijalbo). Valérie Tasso

Hace unos años empezó a recopilar historia de mujeres. Fantasías sexuales que le confiaban pacientes de su consulta sexológica o aquellas que conocía en clubs de toda España. Al fin ha reunido todos esos relatos en Confesiones sin vergüenza (Grijalbo). Valérie Tasso, polifacética donde las haya, iba para cónsul y, tras dos carreras, cursó un posgrado en Sexología. Tras su descaro y desinhibición, hay ingenio y supervivencia.

"Las mujeres españolas nos cuentan sus fantasías sexuales", reza el subtítulo. ¿Tanto varía el imaginario erótico?
Por supuesto. El origen cultural de cada uno condiciona, muchísimo, tus interacciones sexuales y tus tabúes. Según el lugar donde hayas nacido, una fantasía puede ser normal o aberrante.

¿Por ejemplo?
En Japón fantasear con una chica joven –mejor con falda de colegiala– no es tabú. Aquí no se admitiría jamás. Si Nabokov hubiese escrito Lolita hoy, aún se lo echarían en cara. Somos muy susceptibles con el erotismo. En Japón hay muchos hombres que viven tan ricamente con una muñeca hinchable, aquí les insultarían, lo considerarían una desviación.

Hay culturas primitivas que defendían conductas que hoy nos parecen depravadas.
A algunas les parecía absolutamente normal que a una hija, antes de casarse, la desvirgara un familiar. Por suerte hoy tenemos límites. El incesto es, en nuestra cultura, el gran tabú que nos permite ser una gran civilización.

Usted es francesa. Durante años la leyenda sexual de la mujer francesa las presentó como las primeras "mujeres libres"...
Es cierto, las mujeres francesas hemos sido pioneras porque hemos recibido siempre más educación sexual. Sencillamente, porque no nos aplicaron represión.

Permisivos incluso en las infidelidades. En el entierro de Mitterrand compartían banco su esposa, Danielle, y su amante, Anne Pingeot.
Mitterrand lo hizo mejor que Hollande. Mantuvo esa relación con mucha más elegancia. Danielle –que también tenía sus affaires– siempre lo supo. Anne fue el gran amor de ese hombre y la hija que tuvieron en común, Mazarine, hoy es una escritora de éxito.

Déjeme repasar. Licenciada en Empresas y Lenguas Extranjeras y doctora en Interculturalidad por la Universidad de Estrasburgo. ¿Cómo acabó esa universitaria, usted, en estos "jardines sexuales"?
¡Yo iba para cónsul! Me atraía el mundo de los diplomáticos y soñaba con que un día nacería una James Bond mujer. Hice prácticas en el Parlamento y estuve a punto de trabajar en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Hasta que me disgusté, me defraudaron...

¿Por qué?
Conocía muy bien las vidas de los altos funcionarios, veía diariamente cómo recibían esas ingentes cantidades de dinero por no hacer absolutamente nada. Y pensé: este no es mi mundo. Vine a Barcelona. Luego, en Madrid, trabajé para una agencia de prensa y me recorrí Latinoamérica. Volví aquí y... me enamoré.

Inevitable.
De la persona equivocada.

Muy común.
Sí. Lo que no es tan común es encontrarte enamorada y sin un duro porque él te lo ha robado todo. ¡Todooo! Me quedé sin nada.

¿Entró entonces en el mundo de la prostitución de lujo?
Sí, creo que en mi caso fue un paso inevitable: quise exponerme al máximo. Hablo sólo por mí, no hago apología de ello. Recuerdo mi primer cliente, no tuvimos ni relaciones sexuales, un hombre rico tan cargado de cocaína que no hizo nada durante dos horas.

¿Siempre pensó que sería algo temporal?
Sí, yo ya no era una niña, tenía treinta años y una formación que me permitía no volverme loca. Estuve seis meses ejerciendo. Sólo quise recuperar lo perdido para volver a empezar de cero.

Salir de ello no siempre es una cuestión opcional.
Si el único objetivo es el dinero diario, cuesta mucho salir, quedan atrapadas. A mí me ocurrió algo tremendo. Pensé: "Si estás metida en este mundo, al menos intenta pasarlo bien" y lo logré. Te lo dirá poca gente. El estigma ya es demasiado fuerte.

Entonces es que no sería, el suyo, un mundo muy sórdido.
Pensé en lo que hizo la húngara Agota Kristof, autora de la trilogía de Klaus y Lucas. Huyó de su país y entró a trabajar a una fábrica, en unas condiciones horribles... para no hundirse creaba poesías mentalmente.

Su Diario de una ninfómana fue un éxito editorial.
Algunos me dieron mucha guerra con eso, no entendieron lo que yo les explicaba. Porque la ninfomanía no existe, ¿eh? Ni la adicción al sexo. Lo que hay son personalidades adictivas, pueden engancharse al sexo, al juego, al robo...

Las fantasías sexuales que relata no responden a deseos para ser llevados a la práctica, dice.
No. A veces son meros ejercicios, "hasta dónde soy capaz de imaginar". Las fantasías no incluyen a la pareja. Y uno sabe que tiene una fantasía cuando siente, nota, que está transgrediendo.
Si la mera lectura de un relato puede excitar al lector, dígame con cuál le ha ocurrido y no me cite El amante de Lady Chatterley, por favor... Con La pianista de Elfriede Jelinek. Y la película, de la mano de Michael Haneke, una delicia.
¿La consulta más común que llega a su despacho barcelonés?
Siguen siendo casos de mujeres que no alcanzan el orgasmo por mero desconocimiento de su anatomía. Y ni siquiera son casos de anorgasmia. Y cada vez hay más chicas que se disocian y no pueden disfrutar. Están estresadas.

¿Dónde situaría el límite de las prácticas sexuales?
En las consecuencias que puedan tener tus actos.

¿La más peligrosa?
La asfixia desde la masturbación. Así murió David Carradine y es terrible porque no controlas, son fracciones de segundo. ¡Anden con cuidado! Yo también quise entender el mundo de la dominación, del masoquismo.

Dominación, cautiverio, dice usted que son fantasías femeninas habituales... La van a acusar de apología de la sumisión.
Feminista soy yo, porque en el contexto francés es "la mujer que dispone de su cuerpo como quiere". Ciertas actitudes no responden ni siquiera a disfunciones sexuales, son mentes enfermas: la violación, la zoofilia, los menores. Una cosa es fantasear, otra llevarlo a la práctica. Ahí hay que parar.

Acaban de dar el Planeta a Giménez Bartlett por la historia de un joven que se prostituye.
La masculina es una prostitución invisible y se les perdona más. A mujeres que pagan por ello les parece estupendo, no estigmatiza. En Australia es algo absolutamente normal entre mujeres ejecutivas que viajan y trabajan mucho. Pero... ¿por qué nadie dice "pobre chico" como con ellas?

¿La mejor edad de la mujer para el sexo? ¿Y del hombre?
¡Cuando la mujer llega a la menopausia es fantástico! No les preocupan los embarazos, conocen su cuerpo a la perfección, son libres.

Ya lo decía Ovidio...
Siglo primero después de Cristo: "Si tuviera que elegir entre una jovencita y una mujer madura escogería la segunda ¡Porque ya ha sabido convertir el espanto en placer!". Magnífico. El hombre es algo distinto, pero con la madurez adquiere mucha maestría.

¿Será esta la década de reafirmación transexual como lo fue la última de homosexuales?
Creo que sí, aunque la palabra transexual no me gusta. Hay mucho desconocimiento, incluso en escuelas. Muchas veces ellos no se hacen reasignación de sexo –sólo tratamiento hormonal– porque no tiene nada que ver con la genitalidad. Tiene que ver con un deseo interno, con la esencia más íntima del ser humano.

¿Errores de concepto?
Hay uno muy común y espinoso: si un sacerdote abusa de un niño no significa que sea homosexual. Forma parte de un terrible y secular adiestramiento en el sometimiento, en el "mando yo".
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domingo, 21 de junio de 2015

Sexo sí, pero no mecánico Para adentrarse en el tantra

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Cuando el sexo se vive sólo para liberar tensión a través del orgasmo, se pierden muchas sensaciones por el camino. El tantra permite cambiar el lenguaje para conseguir más y mejor placer.
Las mujeres tienen vagina, y los hombres, pene. Aunque nos dé cierto pudor hablar de ellos, es innegable que hemos nacido con genitales. Y por más que el sexo se haya condenado a lo largo de la historia, seguimos aquí gracias a nuestra necesidad y capacidad de practicarlo. No hay nada de malo en ello. Es un acto tan puro y natural como comer, dormir o respirar.
Si bien nuestro cuerpo jamás ha realizado ningún juicio moral sobre el sexo, nuestra mente todavía sigue contaminada por falsas creencias que limitan nuestra manera de disfrutar plenamente de nuestra sexualidad. Por más que nos cueste reconocer, en el inconsciente colectivo de la sociedad continúan reprimidos muchos sentimientos de vergüenza y culpabilidad.
"El tantra consiste en aprender a estar conectados con el cuerpo durante el acto sexual
"Guiarse para aprender el lenguaje del cuerpo y una complicidad basada en la ternura y el humor son las claves
Y dado que todo lo que reprimimos termina aflorando con más fuerza, formamos parte de una sociedad que nos bombardea continuamente con mensajes sexuales explícitos o subyacentes. Lo cierto es que muchos psicoterapeutas afirman que los pensamientos relacionados con el sexo se han instalado como okupasen nuestra cabeza. Prueba de ello es que la palabra sexo es, con diferencia, la más escrita en el buscador Google. Eso sí, en este caso la cantidad de estímulos que recibimos es inversamente proporcional a la calidad con la que lo practicamos.
MONOTONÍA EN LA CAMA
"Seguro que más de una vez te has preguntado: ¿Eso es todo? ¿El sexo se acaba aquí?" (Hari Dass)
Debido a nuestra falta de información y educación sexual, al convertirnos en adultos nos seguimos guiando por los hábitos mecánicos aprehendidos durante nuestra pubertad. Así, solemos meternos en la cama siguiendo una serie de rutinas monótonas, carentes de imaginación y creatividad. Por eso con el tiempo suele desaparecer la atracción sexual hacia nuestro compañero (o compañera) sentimental, llegando incluso a caer en el desinterés, la inercia y el aburrimiento. De ahí que muchos opten por cambiar frecuentemente de amante o demonizar la monogamia como filosofía de pareja.
Por más que esta conducta sea la habitual, tan sólo deviene cuando practicamos el sexo de forma mecánica e impulsiva, quedando atrapados por nuestra biología, cuya única finalidad es garantizar la reproducción de nuestra especie. Ésta es la razón por la que solemos establecer un mismo patrón de conducta sexual, marcado por la acumulación de excitación y la liberación de esta tensión a través del orgasmo.
Sin embargo, nuestra obsesión inconsciente por alcanzar el clímax es precisamente lo que nos impide disfrutar de todo nuestro potencial sexual. Para lograr una mayor profundidad y satisfacción en la cama no nos queda más remedio que trascender nuestra impulsividad animal. No en vano, más del 99,9% de nuestros encuentros sexuales no tienen como fin la reproducción, sino la búsqueda de placer, cariño e intimidad a través de la conexión sexual y amorosa con nuestro amante.
Precoces E IMPOTENCIA
"El sexo es el consuelo que a uno
le queda cuando no le alcanza
el amor" (Gabriel García Márquez)
Nuestros encuentros sexuales suelen estar regidos por la tiranía de lacoitocracia. Es decir, por el afán de que el pene se ponga erecto enseguida para poder penetrar la vagina. Tanto es así, que la mayoría creemos que hacer el amor es sinónimo de realizar el coito.
Y es precisamente esta creencia limitadora la responsable de la gran mayoría de disfunciones sexuales masculinas, como la impotencia o la eyaculación precoz, que hoy día limitan la vida sexual de millones de parejas en todo el mundo.
La reconocida experta en el campo de la sexualidad consciente, Diana Richardson, señala que "la impotencia aparece cuando el hombre se siente presionado o con miedo de no dar la talla ante su pareja". Por su parte, "la eyaculación precoz es aquella que se produce de un modo inesperado e incontrolable, mucho antes de que los dos amantes alcancen la mutua satisfacción". En ambos casos, y salvo en ocasiones excepcionales relacionadas con patologías médicas, "estas disfunciones se originan en la mente y no en el cuerpo".
una ALTERNATIVA
"Toda verdad pasa por tres etapas. Primero es ridiculizada, luego es violentamente rechazada y finalmente es aceptada como obvia" (Arthur Shopenhauer)
No importa el grado de compromiso ni de intimidad. Ni tampoco la orientación sexual. Cada vez más amantes y parejas occidentales, tanto heterosexuales como homosexuales, están apostando por transformar su forma de vivir la sexualidad, de manera que el amor y la pasión sexual se vuelvan verdaderamente sanos y sostenibles. Más allá de obtener placer, late la necesidad de recuperar el valor sagrado que implica fusionarse sexualmente con otro ser humano.
Prueba de esta necesidad emergente es el auge que están teniendo los cursos de tantra en nuestra sociedad. La palabra tantra significa "expansión", y se refiere a una serie de libros hindúes que describen ciertos ritos y disciplinas orientados a mejorar la profundidad y la intensidad de nuestros encuentros sexuales. Estos textos fueron escritos hace más de 2.000 años en forma de diálogo entre el dios Shiva y la diosa Shakti, que representan a lo masculino y a lo femenino.
QUEDAR PARA HACER EL AMOR
"Si no puedes relajarte con tu amante, ¿con quién podrás?" (Osho)
Entre otros pioneros que han estudiado, practicado y exportado esta filosofía oriental a Occidente destacan los profesores Charles y Carolina Muir. Para ellos, "el tantra parte de la premisa de que existen dos opuestos complementarios, la masculinidad (yang) y la feminidad (yin)". Pero estas designaciones van mucho más allá de la biología. "No importa si los amantes son heterosexuales u homosexuales. Lo que sí es necesario es que sean complementarios, es decir, que uno encarne la polaridad sexual masculina (vigorosidad, fuerza, iniciativa…), y el otro, la femenina (suavidad, delicadeza, receptividad…)".
De esta forma, el sexo podrá convertirse en el puente que permita que los dos amantes se fusionen, volviéndose uno. Y es precisamente la experiencia de esta unidad la que nos llena de dicha, renovando nuestra energía vital y potenciando el vínculo afectivo con nuestra pareja. Así, la práctica del tantra consiste en abandonar cualquier meta impuesta por la mente, aprendiendo a estar más conectados a nuestro cuerpo durante el acto sexual.
El tantra propone cambiar el lenguaje con el objetivo de sacralizar la unión entre la energía sexual masculina y la femenina, honrando y dignificando nuestra sexualidad. Por ejemplo, al pene lo denominalingam, que significa "vara de luz". Y a la vagina, yoni, que quiere decir "espacio sagrado".
A diferencia del sexo convencional, en el que se sobrevalora el impulso y la espontaneidad, el tantra anima a los amantes a preparar cuidadosamente sus encuentros sexuales. El primer paso es sacarle el polvo a nuestra imaginación y creatividad para convertir el dormitorio en un auténtico templo del amor.
El segundo aspecto a tener en cuenta es la duración del acto sexual. Más allá de los encuentros rápidos y fugaces, el tantra nos recuerda que el sexo amoroso y consciente requiere su propio espacio y tiempo. De hecho, lo concibe como un regalo que se hacen los amantes mutuamente. De ahí que los juegos preliminares sean esenciales. Sorprender a nuestra pareja con un masaje relajante puede ser un buen comienzo.
El tercer punto importante para practicar el tantra consiste en aprender a poner consciencia en la respiración. "Cuanto más corta y acelerada, más esclavos seremos de los impulsos que nos mueven a culminar el acto sexual por medio del orgasmo", explica el reconocido experto David Deida. En cambio, "cuanto más profunda y relajada, mayor será nuestro control y nuestra capacidad de disfrutar la inmensa gama de sensaciones que ofrece cada experiencia sexual".
AMAR CONSCIENTEMENTE
"La finalidad del tantra no es lograr el orgasmo, sino experimentar el éxtasis"
(Charles Muir)
"Con el entrenamiento adecuado, las parejas tántricas pueden hacer el amor durante horas". Eso sí, "para mantener la energía vital y sexual", Deida recomienda preparar bandejas con uvas, cerezas y otras frutas ligeras por el estilo, de manera que los amantes puedan hacer pausas, que a su vez permitirán al hombre "ejercer un mayor control sobre su eyaculación".
Para esta filosofía oriental, lo verdaderamente importante no es la cantidad, sino la calidad de nuestra sexualidad. Y para lograrlo, "la clave reside en la conexión amorosa que crean los amantes a través de su mirada (que se mantiene fija en los ojos), su comunicación (guiándose mutuamente para aprender el lenguaje de sus cuerpos) y, sobre todo, su complicidad, basada en la ternura, la dulzura y el humor", explica Deida.
En este sentido, "hemos de recordar que la excitación es un obstáculo para el verdadero disfrute, pues ésta nos enchufa a la mente, desconectándonos de nuestro cuerpo", sostiene la sexóloga Diane Richardson. En su opinión, "cuando hacemos el amor, a menudo nos dejamos llevar por la fantasía sexual; esto sucede porque no somos conscientes de lo que está ocurriendo en el momento presente. Nuestra atención no está en el aquí y ahora de nuestra pareja, sino que está entretenida en la creación de otro amante idealizado o de una situación imaginaria. En contraposición, la relajación es la puerta que nos conduce al éxtasis".
Cambiar la intencionalidad de nuestra vida sexual. Sin embargo, comprometernos con este aprendizaje puede unirnos todavía más con nuestra pareja. Al abandonar la idea de que tenemos que conseguir algo a través del sexo, nuestra experiencia adquiere una nueva sensibilidad y un nuevo ritmo, dos cualidades que permiten apreciar sensaciones y placeres que antes permanecían ocultos debido a un exceso de excitación. Lo mejor, no creernos nada y atrevernos a probarlo por nosotros mismos.

Para adentrarse en el tantra

1. LIBRO.
'Tantra, amor y sexo', de Diane Richardson (Gulaab). Un manual introductorio y práctico para redefinir conceptos como "sexo", "pareja" y "amor", y descubrir la dicha que nos proporciona vivir la sexualidad de forma consciente.