miércoles, 22 de enero de 2014

Las Personas somos Infieles las mujeres aveces tambien

Mucho se habla de la infidelidad por parte de los hombres, pero la realidad es que es una situación que no sólo ocurre en el caso de ellos, tal como el personaje de Connie Sumner (Diane Lane) lo hizo en la película Unfaithful o Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) en Sex and the City, las mujeres en el mundo real también son infieles. ¿Cuáles son las razones detrás de la infidelidad femenina?

Falta de sexo

Al principio de la relación es normal que las parejas sientan una atracción física intensa que se manifieste en una vida sexual mucho más activa, con el tiempo esto tiende a decaer y si ella está poniendo todo de su parte para revivir la pasión sin respuesta, puede que comience a buscar otro proveedor.

La niña mala

Así como muchos hombres tienen dentro de sí una pasión interna esperando su oportunidad para salir, a las mujeres puede pasarles que se les salga en cualquier momento, muchas veces como respuesta a una crisis o cambio drástico, sobre todo si sienten que no cuentan con la atención y apoyo de su pareja.

Autoestima

Aunque la seguridad y autoestima depende de cada individuo, a veces las mujeres necesitan de la reafirmación de sus parejas de que siguen siendo bellas y sexy para sentirse bien; si no la reciben, puede que los cumplidos funcionen como puerta de entrada para otro hombre.

Venganza

Una vez se ha roto la confianza de una mujer es muy difícil recuperarla del todo. No sólo se trata de venganza frente a una infidelidad sino a cualquier acto que genere desconfianza (una mentira enorme, gastarse el dinero de la renta en una noche de fiesta). En caso de que algo así suceda, los actos deberán demostrar el arrepentimiento.

Falta de intimidad

Casa, carros, empleo, hijos y muchos vestidos no reemplazan el anhelado cariño que se forja en la intimidad. Un masaje, tiempo a solas, las caricias y la cercanía son esenciales para las mujeres.

Falta de apreciación

Si una mujer siente que ya no es valorada, puede comenzar a alejarse y a buscar quien sí valore lo que ella tiene que ofrecer.

Fuente: Editoras Siempre Mujer

lunes, 20 de enero de 2014

La Sexualidad es Importante

La ciencia –o al menos parte de ella– está obsesionada con el sexo, como da fe la gran cantidad de investigaciones que periódicamente, y con una gran difusión, aparecen en los medios de comunicación. También parece estarlo con las herramientas para mejorar nuestra inteligencia, tal y como tratamos enun reciente artículo. Por lo tanto, es previsible pensar que los estudios que vinculan el acto sexual con el intelecto abundan. Y, nada sorprendentemente, así es.
Una sencilla búsqueda en Google descubre un gran número de investigaciones que se han preguntado por los efectos de la práctica sexual en el cerebro. Quizá de entre todos los estudios que han abordado dicha cuestión destaque, por su optimismo, el que presentó la Universidad de Pravia y que señalaba que un aumento en las relaciones sexuales está asociado con un aumento de la inteligencia. Eso sí, siempre y cuando sea una nueva pareja.
La experiencia sexual es capaz de restablecer los problemas que causa en nuestra cognición el envejecimientoComo explicaban los autores, la práctica del sexo contribuye al crecimiento nervioso, que a su vez favorece cualidades mentales como la memoria y los reflejos. Las personas que se encontraban en las primeras fases de una relación mostraban un crecimiento mucho más veloz en la región del hipocampo que aquellas que llevaban muchos años junto a su pareja, cuyos niveles se estabilizaban o incluso descendían. Como añadían los encargados de realizar el estudio italiano, la sexualidad activa suele ser una buena herramienta para detener el deterioro cognitivo.
Aliviando el estrés
Una tesis que había sido ya demostrada en experimentos con ratas, después de que un grupo de investigación de la Universidad de Princeton demostrase que los animales más promiscuos eran al mismo tiempo los que gozaban de un mayor número de células en el hipocampo. Pero esta no era la única ventaja que obtenían.
Los niveles en la sangre de la hormona del estrés, los glucocorticoides, eran mucho más estables en aquellos machos que tenían acceso regular a la hembra. Como explicaba el estudio, “los roedores sexualmente experimentados tenían menos ansiedad que los vírgenes”, puesto que masticaban la comida con una mayor lentitud.
El orgasmo tiene efectos positivos en la oxigenación del cerebroNo se trata de la única investigación en llegar a una conclusión semejante. El pasado mes de abril, un grupo de la Universidad estadounidense deMaryland señalaba en la revista Hippocampus que la experiencia sexual es capaz de restablecer los problemas que causa en nuestra cognición el envejecimiento y mejorar la memoria a largo plazo, pero ello tenía su contrapartida: “cuando se introducía un período de abstinencia prolongada, las mejoras en la función cognitiva se perdían a pesar de la presencia de más neuronas nuevas”. Una tesis refrendada por otra investigación realizada en la otra esquina del mundo, después de que científicos surcoreanos aportasen su granito de arena a la neurogénesis de origen sexual.
Si hay algún pionero en este campo, esos son los investigadores de la Universidad de Nueva Jersey Barry Komisaruk y Nan Wise, que mostraron en una serie de papers publicados desde comienzos de los años ochenta los efectos que el orgasmo causaba en el cerebro. Entre ellos se encontraba, además de otras útiles funciones como el incremento de la longevidad o el alivio del dolor, la oxigenación de las células y el nivel de nutrientes en dicho órgano.
Las encuestas no son ciencia pero lo parecen. Lovehoney, una cadena de establecimientos de juguetes eróticos, encargó un estudio que concluyó que los estudiantes de las universidades de elite de Reino Unido (el llamadoOxbridge, o el Russell Group) gastaban más dinero en los artilugios de su tienda que la media y, además, que gozaban de un mayor deseo sexual. Pero la ciencia no está de acuerdo con la tendenciosa encuesta de la tienda.
Si eres listo, no lo tendrás nada fácil
La tesis de que las personas con un mayor coeficiente intelectual hacen menos el amor, o al menos, tardan más en perder la virginidad, se encuentra bastante popularizada. Según una investigación publicada en el año 2000 en el Journal of Adolescent Health, “una mayor inteligencia funciona como un factor de protección contra la actividad sexual temprana, mientras que una menor inteligencia, hasta cierto punto, es un factor de riesgo”.
La inteligencia emocional está relacionada con las fantasías sexuales¿La explicación? ¿Un fallo biológico, como aseguran algunos, un menor deseo, una prevención ante las enfermedades de transmisión sexual o una cuestión de gratificación retrasada, como defienden otros? El psicólogo Lauren F. Friedman explicaba en Psychology Today que elnivel socio-cultural influye, de manera negativa, en la promiscuidad del individuo, salvo en honrosas excepciones, aunque cada cual tiene su propia versión de los hechos.
Los evolucionistas creen que las personas más inteligentes tienden a invertir su tiempo y esfuerzo no en conseguir un gran número de parejas diferentes, sino en obtener recursos materiales para cuidar de la mejor manera posible a su retoño, algo que se encuentra en consonancia con la teoría de la “gratificación retrasada”. Por su parte, los biólogos señalan que debido a que las personas con un mayor coeficiente intelectual suelen poseer niveles más bajos de testosterona, es probable que al mismo tiempo sientan un menor deseo sexual.
Estos resultados vienen matizados por el estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine que señaló que la inteligencia emocional proporciona mejores orgasmos, aunque sólo analizase el caso de las mujeres. En esta ocasión, la explicación muy diferente, y es que la capacidad para identificar las necesidades de la pareja y comunicar sus expectativas a esta provoca que la experiencia en la cama sea mucho más positiva. Además, la inteligencia emocional puede estar ligada con la capacidad para fantasear durante el sexo. No todo van a ser malas noticias para los listos –o, mejor dicho, las listas– de la clase.