“Las mujeres jóvenes admiran a las cuarentañeras e incluso las envidian”
Naomi Wolf, en 2004, posando en una calle de Nueva York. (Corbis)
Miguel Ayuso

19/09/2012 (06:00h)
AA
“Hoy en día, la noción de que los ideales de belleza son una construcción social, manipulada por los anunciantes y comercializada con ánimo de lucro, es una convención, no un argumento minoritario”. Así de optimista se muestra la feministaNaomi Wolf (San Francisco, 1962) respecto al calado de sus ideas en un artículo que ha escrito para el rotativo británico The Sunday Times del pasado domingo. Wolf, que hoy cuenta 49 primaveras, se dio a conocer en todo el mundo en 1991 con su libro El mito de la belleza (Salamandra). En él defendía que, conforme la mujer había ganado prominencia social y espacio en la esfera pública, los estándares de belleza física se habían hecho más exigentes, conduciendo a un peligroso aumento de los desórdenes alimenticios y las operaciones de cirugía estética.
Veinte años después, Wolf, que se convirtió tras la publicación de El mito de la belleza en una de las principales voces de lo que se conoce como “la tercera ola” del movimiento feminista, asegura haber superado su miedo a envejecer. En su opinión, pese a que las amenazas a la mujer que identificaba en su exitoso ensayo no sólo no han remitido, sino que en muchos casos han crecido, cada vez más mujeres están decididas a revertir la tendencia: “Hoy la retórica de la imagen se centra en estar lo más sano posible, independientemente de lo que se pese”.
Una revelación vaginal
Wolf, acaba de publicar un nuevo libro, Vagina: A New Biography, en el que mezcla experiencias personales con sus nuevos pensamientos acerca del órgano genital femenino. Pese a estar mejor que nunca, sentirse deseada, tener éxito y contar con un nuevo amor, Wolf tuvo que pasar por una experiencia que le hizo replantearse ciertas cosas. Tal como explica en su nuevo libro, de un día para otro, la calidad de sus orgasmos decayó. De estar “llenos de luz y color” pasaron a ser algo “apagado y sin vida”. Wolf decidió ir al médico. El origen de la ausencia de placer, tal como ella sospechaba era un problema físico, no psíquico. El médico le diagnostico una tipo leve de espina bífida. Su espina dorsal no estaba correctamente alineada y estaba aplastando una rama del nervio pélvico.
La mujer necesita tener relaciones sexuales satisfactorias
En el libro Wolf mezcla determinados hallazgos científicos con teorías que rozan lo místico. En su opinión, la conexión cerebro-vagina tiene un componente emocional e, incluso, espiritual. De vuelta al feminismo, tal como explica la escritora, existe una epidemia de insatisfacción sexual femenina, que tiene que ver, precisamente, con un desconocimiento profundo sobre su órgano genital y la importancia del mismo. Su tesis final, que ha sido atacada por la mayoría de los columnistas de la prensa anglosajona (mujeres, en su mayoría), por su aspecto reaccionario: las mujeres solo pueden aprovechar su creatividad cuanto están inmersas en una relación sexual satisfactoria.
Al fin y al cabo, como apunta Ariel Ley en The New Yorker, las ideas de Wolf están de moda. Según el columnista, el paralelismo entre Vagina y Cincuenta sombras de Grey –la novela erótica que está arrasando entre las mujeres de la edad de Wolf– es evidente: “El libro de Wolf pertenece claramente al mismo reino de la imaginación erótica. La escritora ha encontrado una amante a la que debemos complacer, servir y dar honores. Hay una nueva dominatrix en la ciudad. Y su nombre es Vagina”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario