jueves, 25 de octubre de 2012

discordancia entre sexo cromosómico, genitales externos e internos


La intersexualidad ya no se oculta

Fotograma cartel de la película 'XXY', de Lucía Puenzo
Fotograma cartel de la película 'XXY', de Lucía Puenzo
  • Personas con esta condición y médicos explican las causas y los problemas sociales
  • Consiste en una discordancia entre sexo cromosómico, genitales externos e internos
No hace mucho tiempo, la intersexualidad era una cosa de mitos y leyendas, de ninfas y de dioses. Antes a estas personas las llamaban hermafroditas, ahora intersexuales pero, independientemente del término, ya no se esconden, ahora ya no tienen miedo. Van superando las barreras que la sociedad les ha puesto durante años y van vistiéndose cada vez más firmes con un escudo que les permite caminar en este mundo de titanes. Las directoras de cine argentinas, Lucia Puenzo y Julia Solomonoff, con sus películas 'XXY' (2007) y 'El último verano de la Boyita' (2009), respectivamente, abrieron la veda en la sociedad actual y pusieron sobre la mesa un tema del que todavía mucho se desconoce.
No son hombres y mujeres a la vez, como mucha gente piensa ni tampoco tiene que ver con la transexualidad. Son personas con una condición intersexual, es decir: "Existe una discordancia entre el sexo cromosómico, los genitales externos y los internos". Así define Rosa (no es su nombre real pero prefiere conservar el anonimato) a las personas que, como ella, han vivido alguna vez el aislamiento y la sensación de "ser único en el mundo".
Rosa pertenece a GRAPSIA una asociación que nació hace 12 años de la necesidad de conocer a otras personas en la misma situación, compartir experiencias, aprender de las vivencias de los demás, darse apoyo mutuo y sobre todo, dar y propagar información. "Hace 20 años muchos médicos no sabían qué era esto y no daban las respuestas necesarias a los familiares. Afortunadamente, todo esto hoy ha cambiado", confiesa una Rosa optimista que asegura con claridad que "no son tan importantes las etiquetas sino las personas, con todas sus particularidades". Insiste en que al niño, desde muy pequeño, tanto desde la propia familia como en el colegio, hay que educarle hacia la diversidad. "Así, en la vida todo será mucho más fácil".
Del mismo modo, la doctora Laura Audí, asesora la Unidad de Investigación en Endocrinología Pediátrica y del Instituto de Investigación del Hospital Vall d’Hebron (VHIR), afirma a ELMUNDO.es que la palabra intersexualidad es utilizada para describir a "las personas que nacen con una apariencia sexual distinta al patrón habitual, es decir, que es discordante con el patrón considerado normal".
Pero, según apunta esta investigadora, la palabra intersexualidad como tal, no es del todo correcta. "El término médico más preciso, derivado del consenso internacional alcanzado en 2006 (Consenso de Chicago), es 'anomalías del desarrollo sexual' (ADS) derivado del inglés 'disorders of sex development' (DSD)", asegura esta experta que es también miembro del grupo de Identidad y Diferenciación Sexual (GIDSEEN) de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). No obstante, matiza que diversos sectores sociales prefieren evitar la palabra "anomalía" por parecer peyorativa y utilizan el término de 'variantes del desarrollo sexual'.

Una de cada 2000 personas en el mundo

Gabriel J. Martín trabaja en la Coordinadora Gai Lesbiana de Cataluña y da conferencias, en España y en medio mundo, sobre la intersexualidad. Además, es psicólogo e intersexual. Ahora, después de muchos años, por fin es capaz de gritarle al mundo: "Aquí estoy yo, ya no tengo miedo. Soy diferente, ¿y?".
Al otro lado del teléfono, reconoce que ha llorado mucho y ha tenido que luchar en una sociedad donde lo correcto es ser lo que se denomina normal. Pero él huye del victimismo y prefiere vivir: "Un ser humano, si no está dispuesto a dejarse vencer por las adversidades, puede adaptarse y sobrevivir a casi todo". Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con dicha condición nace una de cada 2.000 personas en el mundo y se estima que el 1% de la población tiene alguno de los 50 síndromes asociados a la intersexualidad. "El albinismo es 10 veces menos frecuente y todo el mundo sabe lo que es un albino pero, en cambio, pocos saben qué es la intersexualidad", asevera categórico el psicólogo.
Pero además, la doctora Audí matiza estos datos, ya que hay causas que son mucho más infrecuentes y forman parte de las denominadas enfermedades raras. "Si consideramos que los niños que nacen con un meato urinario no situado en la punta del pene (hipospadias) también presentan un 'estado intersexual', se puede decir entonces que uno de cada 100 recién nacidos pueden presentar una anomalía", manifiesta. Y añade a su vez que la mayoría de los casos tiene una causa genética, por tanto "la frecuencia puede ser más elevada en regiones en las que la población presenta un alto índice de consanguinidad (emparejamiento entre personas con antepasados comunes)".

Causas y explicación

Todos los procesos que se producen durante el desarrollo fetal requieren la intervención de numerosos genes. "Actualmente existen más de 40 genes y cada año se describe alguno nuevo implicado con estos problemas", añade. Esos genes, continua, son conocidos por el hecho de que sus mutaciones impiden el normal desarrollo sexual del feto y provocan que el recién nacido presente alguna "discordancia con el patrón normal" femenino o masculino.
Pero entonces, ¿en qué consiste esta concordancia? "Hay una gran variedad de posibilidades", asegura la especialista. Primero, que los cromosomas sexuales no sean normales, segundo, que las gónadas no sean acordes con los cromosomas sexuales y finalmente que los genitales no sean tampoco acordes con los cromosomas sexuales y/o con las gónadas. Las variantes además, pueden detectarse en el recién nacido o bien hacerlo más adelante, durante la pubertad o incluso la edad adulta.
Existen varias clasificaciones pero, para simplificar, Audí aclara que: "En los XY (sexo genético masculino) la causa más frecuente es elsíndrome de insensibilidad a los andrógenos (como es el caso de Rosa) por mutaciones en el gen del receptor de andrógenos. Mientras que en las XX (sexo genético femenino) la causa más frecuente es la hiperplasia suprarrenal congénita (HSC) por déficit de la enzima 21-hidroxilasa". Pero insiste: "Existen muchas otras causas".

miércoles, 24 de octubre de 2012

La Supervivencia de las más bonitas de Nancy Etcoff

La cantidad de miseria que sufren sólo por el peso de los muslos, por no hablar de la mala conducta de la piel, podría-si se pudiera cuantificar it-inspirar una iniciativa global. El tema sin duda ha intrigado Nancy Etcoff, PhD, autor de Supervivencia de las más bonitas: La ciencia de la belleza, y un psicólogo de Harvard Medical School, cuya investigación se centra en el aspecto y la felicidad. Hace tres años fundó el Programa de Estética y Bienestar en el Massachusetts General Hospital para explorar cómo los conceptos de belleza se refieren a la satisfacción. Recientemente se sentó con O que nos diga lo que ha aprendido: O: ¿Acaso el sector de la belleza todo fuera de control? Y no son las mujeres las peores para todo el bombo sobre el parecer joven? Etcoff: Si decimos: "Deshazte de los anuncios y decirle a las empresas a dejar de fabricar productos, y nadie se preocupa por la belleza, todo esto es sólo una creación que podrá extinguir, "estamos negando lo que somos. Las personas se preocupan por cómo se ven. Ellos se han adornado desde tiempos paleolíticos. Esto no es una cuestión de vanidad o un asunto de mujeres o un problema de Estados Unidos. Es la naturaleza humana. O: ¿Qué parte de la felicidad de la mujer se basa en su apariencia? Etcoff: Esa es una pregunta difícil de responder, pero sabemos que la gente que se centran mucho en su apariencia como una fuente importante de su autoestima tienden a ser mucho menos feliz que la gente que se centran en, digamos, su vida social. ¿Por qué? En general somos animales sociales, por lo que las personas sin buenas relaciones tienden a ser menos felices, y lo mismo es cierto si usted no está haciendo el trabajo u otras actividades que ponen en evidencia sus puntos fuertes. Esas son las fuentes de la felicidad real, no las cosas externas como el dinero o la belleza. O: ¿Puede un sentido positivo de sí hacerlo más atractivo físicamente? Etcoff: Vea una mujer entra en una habitación con ese sentido de confianza, esa sensación de "Yo importa , me vale la pena. " La forma en que camina, su expresión facial, todo en ella dice: "Mírame". En serio, ¿por qué nos preocupamos por ser bella? Nos preocupamos porque no queremos ser excluidos. Queremos atención. Desde el principio, los bebés mirar directamente a la cara y en los ojos. Al mirar hacia otro lado, de que se enfaden. No es que el pequeño bebé en todos nosotros: "El mundo es tan grande, ¿cómo puedo llamar tu atención?" O: ¿Hay alguna forma de prescripción de cirugía estética para cambiar su actitud acerca de cómo te ves? Etcoff: Los científicos que investigan el cuerpo imagen han hecho estudios de seguimiento de los ojos, en los que las personas se les pide que mire en el espejo. Los sujetos no se parecen a nada que creen que es bueno, sino que sólo contemplar sus supuestos defectos. Deja de hacer eso. Volver a capacitar a ti mismo: "¿Por qué no puedo ver lo que me gusta me gusta mi boca, ¿qué sombra labio Qué me pongo hoy?" O: ¿Alguna otra sugerencia? Etcoff: Tendemos a pensar en el apoyo social, trayendo la felicidad, pero también es muy importante dar apoyo a otras personas. Hay una gran cantidad de evidencia que sugiere que aquellos que voluntariamente son más felices. Sentirse parte de algo más grande de lo que es muy importante. Cuando haces algo bueno por otra persona, el sistema de recompensa del cerebro de las luces de arriba. Tendemos a buscar las cosas que realmente contribuyen muy mínimamente a nuestra felicidad, como un coche más agradable y, de nuevo, que parece perfecto. Así que sabe dónde está su propia alegría reside: ¿Qué es bueno? ¿Qué te gusta? ¿Qué es importante? Lo que se va a seguir haciendo feliz durante mucho tiempo?

Read more: http://www.oprah.com/omagazine/Boost-Your-Self-Esteem-An-Interview-with-Nancy-Etcoff-PhD#ixzz2AEU5VLFl

MANUAL DE LA BUENA SUEGRA SAAVEDRA, MATILDE


MANUAL DE LA BUENA SUEGRA

SAAVEDRA, MATILDE
Reflexiones para aceptar la independencia de los hijosEste manual de supervivencia abarca las diferentes etapas y facetas por las que discurre la vida de suegra, durante y después de la boda de los hijos (eso en caso de que se haya logrado llevarlos al altar). El libro incluye numerosos testimonios y reflexiones para aprender a aceptar la independencia de los hijos, entender al yerno o nuera, las opiniones (y no meter la pata), saber cuándo hay que intervenir y cuándo no, no esperar llamadas telefónicas y mantener el sentido del humor.

Matilde Saavedra: Manual de la buena suegra


Manual de la buena suegra

Consejos y estrategias para triunfar como madre política
Cubierta delantera

Pilar Casbas: Las suegras perjudican la salud

¿Quién no ha sentido alguna vez una punzada de antipatía ante la figura de la suegra...o de la mujer de tu hijo? La rivalidad entre suegra y nuera es una de las más antagónicas y míticas que existe. Han existido relaciones de este tipo muy conocidas, como la de Sissi con la archiduquesa Sofía o Diana de Gales con Isabel II de Inglaterra. Pero ¿qué resortes ocultos se esconden detrás de esta rivalidad?¿Cuánto hay de mito y realidad?¿Qué se puede hacer para sortear los obstáculos ante una relación difícil?¿Son las suegras tan peligrosas?



Con una larga trayectoria como abogada y psicóloga, Pilar Casbas nos ofrece un libro insólito y divertido, repleto de anécdotas reales de clientes y pacientes que nos harán reir y reflexionar, y nos ayudarán a enfrentarnos mejor a una relación de esta naturaleza:

domingo, 21 de octubre de 2012

Como Funcionamos por dentro


Ediciones Destino ha sacado hoy a la venta «Lo que nos pasa por dentro», el nuevo libro de Eduard Punset. Esta nueva obra constituye una completa incursión por las estancias más íntimas de la condición humana porque saber cómo somos es la llave maestra para entender lo que nos pasa por dentro y aprender a manejarnos por fuera.
La ciencia ha hecho pasos de gigante en las últimas décadas para conocer a fondo los aspectos más ocultos del ser humano. Avances que Eduard Punset ha seguido de cerca gracias a su insaciable curiosidad, y que ahora reúne en el volumen Lo que nos pasa por dentro, un compendio de reflexiones, sabiduría, respuestas y sobre todo interrogantes ante la aventura más fascinante: la vida.
Resulta que más de un 25 por ciento de la gente está angustiada por la tristeza, el estrés y la soledad. Son unos diez millones de personas, sólo en España, que se encuentran mal porque se sienten tristes, estresadas y solas. «Ofende a la inteligencia sabernos seres sociales, tal y como nos percibimos, y que continuemos teniendo tantos conflictos por el hecho de convivir juntos y no saber gestionar nuestras emociones.» Y, sin embargo, la inmensa mayoría de las dudas y quejas que aparecen en este libro se pueden resumir en dos: nuestro miedo a cambiar y nuestra resistencia a entender cómo es el otro y cómo funcionamos nosotros por dentro.
Punset pretende con este libro aportar un mensaje de esperanza: «la tristeza, el abatimiento y la sensación de pérdida de rumbo que asola a tanta gente, pero que no son atendidos por los servicios sanitarios actuales, tiene arreglo si aprendemos a mirar cómo somos por dentro. De nosotros depende poner las bases para ser felices.» Con ese fin, Punset descifra la rosa de los vientos emocional del ser humano, a la luz de lo que dice la ciencia y lo que confirman la experiencia de cientos y cientos de casos reales.
Un millon de vidas al descubierto
«Lo que nos pasa por dentro» hace un análisis de nuestra realidad, a partir de las nueve grandes etapas de nuestra existencia, afronta los grandes retos de la vida, y busca herramientas de futuro. Es un libro de cabecera, una guía para nuestro día a día, escrita con el optimismo que caracteriza a Eduard Punset , pero también con rigurosidad, curiosidad ante todo lo nuevo y una amplia visión de lo que es la ciencia.
Las siempre lúcidas reflexiones del Eduardo Punset, vienen acompañadas de decenas de consultas atendidas en los últimos dos años por el equipo de profesionales de Apoyo Psicológico Online de la Fundación Eduardo Punset. Sus respuestas son muy clarificadoras pero son aún más reveladoras las preguntas de las personas afectadas ya que nos muestran las dolencias e inquietudes de la población y extraen las primeras conclusiones sobre los sentimientos de nuestra sociedad, hoy día desatendidos.
A modo de conclusión Punset apunta que las dudas y quejas del libro se pueden resumir en dos: «Nuestro miedo a cambiar y nuestra resistencia a entender cómo es el otro y cómo funcionamos por dentro».

Caminar erguidos


Espero que me perdone este sapiens investigador que me descubrió junto a los restos de mi tribu en la Sima de los Huesos del yacimiento de Atapuerca, pero con el título quiero referirme al libro que acaba de publicar Juan Luis Arsuaga, El primer viaje de nuestra vida, y que presentará en la casa que ahora me alberga -el Museo de la Evolución Humana- el próximo 10 de octubre, a las 7 de la tarde, después de haberlo hecho ya el mes de setiembre en Madrid.
Como sabéis, los autores de habla inglesa –idioma que poco a poco estoy practicando gracias a Lucy-, cuando se refieren al paso del bebé a través del canal del parto utilizan la palabra Travel, es decir, viaje, igual el título del libro de mi descubridor: una travesía enormemente complicada.
Y es que este libro, extenso (432 páginas, Temas de hoy) y, sin duda, atractivo, ha sido como un parto para Juan Luis, según cuenta, pues ha pasado más de 30 años esperándolo, y de hecho fue el tema de su tesis doctoral, no os cuento lo feliz que estaba cuando durante este proceso se encontraron los fósiles de mi tribu, entre ella la pelvisElvis, la más completa del registro fósil, de la que ya os he hablado en este blog, y que en el asunto del paro es evidentemente clave.
Juan Luis cuando tiene una idea en la cabeza la persigue. Dice que este libro es la imagen de una exposición que el tiene ya planteda, pues os aseguro queridos sapiens, que la veréis. Para el codirector de Atapuerca la pelvis es un hueso que tiene una importancia clave en la evolución, tanto en la locomoción como en la disposición de los órganos sexuales, en el parto; y  un tema muy importante, aunque mi cráneo, el número 5, sea uno de los más importantes del mundo cuando los excavadores llegan a los yacimientos es muy difícil encontrarse con alguna pelvis, por lo que si una aparece es un éxito y eso pasó en la Sima.
Arsuaga considera el parto en los humanos como el efecto de dos presiones, la primera es la que ha supuesto caminar erguidos, lo que obliga casi a que los fémures se tengan que acercar entre sí; en la sala de los homínidos del Museo de la Evolución podéis contemplar esa evolución entre  nosotros. La otra presión es que vuestro cerebro sapiens es mucho más grande que por ejemplo el del Homo habilis. El mini sapiens (feto) tiene un cerebro al nacer que ya es como un chimpancé adulto, por lo que ya es muy grande para el canal del parto, y no le quede más remedio que salir. Bueno, pues esas dos presiones os convierten el parto en algo traumático.
En qué os diferenciáis vuestra especie de los animales al nacer. Pues que lo hacéis muy desprotegidos, pero en un entorno que , sin embargo, os protege, y que dónde los padres sapiens incluso se implican también en la crianza de la criatura, la mayoría, porque hay unos cuantos sapiens bastante desnaturalizados. Todo perfectamente organizado para que la cría salga adelante. Otros mamíferos, en cambio, ya andan casi al nacer, pero no tienen esos protectores.
Hay algunos autores que piensan que el desarrollo humano, por ser tan largo y tan lento, no se completa nunca, y que de adultos todavía sois algo infantiles, tanto físicamente como en el comportamiento, ya que mantenéis vuestra capacidad de explorar, de investigar, y de jugar toda la vida.
También Juan Luis Arsuaga habla de la morfología física, como que sea la vuestra la única especie en que los pechos abultados se convierten en rasgo sexual. Decía Lynn Margulis que el cuerpo de la mujer es equívoco, poco claro, y que enmascara y hace imposible que se conozca cuál es du ciclo de ovulación. Este hecho obliga al macho a estar siempre al lado de la hembra si quiere reproducirse, y da lugar a parejas estables. Es una estrategia que favorece la formación de familias, de grupos protectores para los hijos. Por cierto, los hombres tenéis un pene descomunal respecto a los demás primates, incluso el gorila.
Y una duda que todavía Arsuaga mantiene y se refiere a mis antepasados, e incluso a mi especie, que no voy a desvelar, por ahora. La placenta con sus calorías y hierro es muy apreciada por todos los simios. Los gorilas se la comen, y probablemente los ancestros de lo sapiens también lo hacían, al igual que antiguamente, las mujeres la enterraban en el jardín como algo sagrado.

Nuestra especie es la única de la naturaleza en la que no hay forma de saber cuándo está ovulando una mujer


-El sexo es básico para nacer y para no nacer…
-Es cierto. Nuestra especie es la única de la naturaleza en la que no hay forma de saber cuándo está ovulando una mujer. Cuando una chimpancé está ovulando, es decir cuando es fértil y puede engendrar se vuelve sexualmente receptiva, porque el resto del tiempo no lo es. Y en ese momento es que es casi como si pusiera un anuncio que traducido al comportamiento humano sería como si fuera gritando: «¡eh! ¡estoy ovulando!». Como un semáforo con luces de neón. Y esto ya es una diferencia... Nuestra especie es muy diferente a las demás en cuanto al sexo. La sensualidad humana es fascinante. Algún día haré un libro sobre el sexo….
-Esperemos que no pasen otros treinta años, que es lo que llevaba con la idea de escribir un libro sobre el viaje del parto. ¿Tan definitivo es?
-La gestación y el parto son dos de los aspectos más asombrosos y que más nos diferencian de otras especies. Nuestro parto es radicalmente distinto y a través de él podemos comprender casi todas las características de los seres humanos. Todo tiene que ver con la anatomía…
-Esa anatomía que conoce tan bien. Es más, probablemente sea usted una de las personas que más caderas ha medido en este planeta…
-Es que dan mucha información. Hice mi tesis sobre las pelvis hace treinta años. Ésta junto con el cráneo es el la parte del esqueleto que más información da.
-¿Gracias a ellas se sabe por qué el parto es tan doloroso, por ejemplo?
-Pues sí, ahí está la respuesta. Somos un prodigio biomecánico en cuanto a locomoción, y eso es porque la distancia entre los dos fémures se  ha estrechado en la evolución humana. Cuanto menos distancia hay entre esos dos fémures mejor se camina.
-Pero se pare peor ¿no?
-Se pare peor porque, además, en la evolución, los humanos nacen cada vez con el cerebro más grande. Al nacer nuestro feto tiene un cerebro que es como el de un chimpancé adulto.
-¿Y eso en qué deriva?
-Pues en que, a diferencia de los demás animales, nuestros niños llegan al mundo muy poco desarrollados, indefensos, casi a medio hacer, pero se encuentran con un entorno que los protege.
-¿Entonces le debemos nuestra indefensión a nuestro cerebro, pero también que nuestra supervivencia al nacer esté prácticamente garantizada?
-Todo está relacionado y nada es casual. Por ejemplo, la evolución ha proporcionado a las mujeres unas armas que favorecen la vida en pareja, como  tener los pechos abultados durante toda la vida y no sólo durante la lactancia.  En otras especies los pechos abultados son una señal de no fertilidad, pero en la nuestra son un rasgo sexual. Como te decía antes, cuando una hembra chimpancé está ovulando le ofrece todo tipo de señales al macho. Pero la humana por el contrario no emite esas señales es casi imposible saber cuál es su ciclo de ovulación. Y eso obliga al macho a estar siempre a su lado si quiere reproducirse.
-Y de ahí las parejas estables ¿no?
-Sí. Es una estrategia evolutiva que favorece la protección de las crías humanas, que nacen mucho más desprotegidas que las de cualquier otra especie.
-¿El amor de las madres humanas por sus hijos desde que nacen también es parte de la estrategia evolutiva?
-No, el amor de una madre de cualquier mamífero por sus crías es igual. Es una pulsión biológica. La excepción es la pareja. Hay aves que forman parejas para criar y son monógamas, pero sólo durante la época de la reproducción. Sin embargo, la estructura de nuestra especie está formada por grupos y estos grupos están formados por familias: dos sexos que se asocian y forman parejas para el cuidado de la prole y eso tiene que ver con que nuestro desarrollo sea muy prolongado
-Las hembras humanas, además tienen una función determinada cuando dejan de ser fértiles en la menopausia ¿no?
-Sí. Más o menos hacia la mitad de la vida las hembras de nuestra especie dejan de ser fértiles, lo que no sucede en otras especies, en las que las hembras son fértiles hasta el final, aunque van declinando como los machos. Entonces la menopausia no es un subproducto, digamos de la edad, sino algo que se ha seleccionado, porque tras la menopausia, la mujer sigue teniendo una importante labor social que es la de cuidar y aconsejar a la prole.
-Volviendo a las crías humanas, está claro que nacen desprotegidas, pero ¿sufren también como las madres en ese parto tan complejo?
-El parto es doloroso para la madre, pero realmente dificultoso para el feto, que debe adoptar diversas posturas en su camino hacia el exterior, con una extenuante y claustrofóbica expedición por el angosto y complicado pasadizo de una estrecha cueva. El feto humano, a diferencia de los de los de otros animales como vacas, perros o caballos, tiene que pasar por un conducto muy estrecho, lleno de recodos, que le obliga a retorcerse para poder salir. Ese camino es así porque la mujer tiene la vagina orientada hacia delante y eso tiene que ver con la postura bípeda.
-Es un viaje largo, de muchos meses en el que suceden muchas cosas…¿cómo sabe el niño cuando tiene que salir o la madre cuándo tiene que expulsarlo?
-Esas son preguntas que ya se hacía Leonardo y de las que todavía no hay respuesta. No hay fósiles para tantas preguntas, por eso me gustaría encontrar más caderas en mis excavaciones.
-Lo que si tiene respuesta en este  libro es la pregunta de qué mataba a tantas mujeres tras el parto en el siglo XIX, ¿no?
-Es una historia fascinante que descubrió Semmelweis…El asesino era él. No lo sabía pero lo acaba descubriendo. ¿Te imaginas una novela policiaca mejor que ésa? Es un personaje real y una historia real. No diré por qué se morían las mujeres, hay que leerlo en el libro.
-Ya que hemos estado hablando de vida y ahora de muerte, una curiosidad: ¿Se sabe ya cuándo el ser humano empezó a ser consciente de que se iba a morir?
-Me gustaría mucho saberlo, pero ésa es la pregunta, la última frontera. Es lo más difícil, porque ni siquiera la ciencia sabe bien cómo funciona la mente. Ésa es la última frontera que queda para el futuro de la ciencia y no para este siglo, sino para el milenio.

Personal e intransferible
Nuestro científico más internacional, el mismo que sigue en la Sierra de Atapuerca desarrollando un trabajo que en 1997 le llevó a conquistar con su equipo el Príncipe de Asturias  y que le hace seguir cosechando reconocimientos como el de doctor Honoris Causa por la Politécnica de Valencia, se define como un auténtico Cromañón «con mis plumas y mis collares y con ese sentimiento respetuoso con la naturaleza».  Y tal vez por eso («los cromañones tenían un mundo mágico y maravilloso y estaban encantados de haberse conocido. Eran orgullosos y fantásticos. A partir de ellos todo ha sido decadencia») se le nota la autoestima, que no le exime de esa característica común a todos los hombres inteligentes: la duda. Por eso subraya en el prólogo de su libro sobre el parto que: «Un libro científico serio es, necesariamente, un libro de dudas, un libro que terminarían, con los años, otros investigadores».
 

Juan Luis Arsuaga el primer viaje de nuestra vida


Juan Luis Arsuaga estrena libro. El autor de "La especie elegida" y "El collar del neandertal" se aventura ahora a explicar, para todos los públicos, la extraña, dolorosa, incómoda y excepcional manera que tenemos los seres humanos de llegar al mundo. En "El primer viaje de nuestra vida" (Editorial Temas de Hoy), el paleontólogo nos explica por qué el parto es tan doloroso y difícil en nuestra especie, algo que no sucede con las demás criaturas. Y nos habla también de su relación íntima con la inteligencia, el sexo y la sociabilidad humana, algo que nos hace únicos entre todas las demás especies.
-¿Por qué un libro sobre el parto?
-Hice mi tesis sobre la pelvis hace mas de treinta años. Y la pelvis es un hueso que siempre ha estado presente en mi obra por su extraordinaria importancia. Tanto en la locomoción como en la disposición de los organos sexuales, en la cópula, en el parto... En el registro fósil, hay menos pelvis que cráneos, y por eso se valoran mucho más.
-¿Qué información se puede sacar de una pelvis?
-Muchísima, y no solo sobre características físicas. Tiene que ver con el sexo, con el caminar erguidos, con la forma en que nos reproducimos, con las diferencias entre sexos, con el desarrollo... todo está ahí. "El primer viaje de nuestra vida" es un libro que trata todas las cuestiones que tienen que ver con e parto. Incluído el hecho de cómo van apareciendo en el niño las primeras pautas cognitivas, que se desarrollan en el interior del útero.
-¿Por qué es tan dificil el parto para los humanos?
-El parto humano es, con diferencia, el mas complicado de todos los mamíferos. Los animales domésticos, como vacas, perros o caballos, a veces tienen problemas, porque el suyo es un parto ajustado, pero no laborioso. No requiere movimientos especiales, no implica mecánica, torsiones... El canal del parto humano, sin embargo, es largo, retorcido, sinuoso... El feto tiene que pasar por un conducto muy complicado, con estrecheces y recodos, que le obliga a retorcerse y a doblarse por completo para poder salir. En la mujer, a diferencia de otras especies, la vagina está orientada hacia delante y eso tiene que ver con la postura bípeda.
-¿Por qué ha evolucionado el parto humano de esta forma?
-El parto humano es complicado, doloroso y traumático, casi una enfermedad. Podría parecer incluso un fracaso de la evolución. Pero en realidad es una solucion brillante a un problema de conflicto entre dos presiones de seleccion que son totalmente opuestas entre sí.
-¿Puede explicarlo?
-Para ser bípedos eficientes, para caminar como caminamos, tenemos que tener los fémures lo más juntos posible. Es decir, en los bípedos existe una presión de selección para acercar los fémures entre sí, lo que resulta más eficaz para andar. El problema es que ese acercamiento estrecha el canal del parto.
-¿Y la otra presión de selección opuesta?
-Tiene que ver con el tamaño de nuestro cerebro. Los humanos tenemos una presión de selección que es la de nacer cada vez más encefalizados. Nuestro feto tiene un cerebro al nacer que es como el de un chimpancé adulto. Y ambas presiones (la de juntar los fémures y la de tener un gran cerebro) son opuestas entre sí. Es decir, para andar erguidos tenemos que tener las caderas (y el canal del parto) más estrechos de lo que sería lógico. Pero a pesar de eso, necesitamos que nuestro cerebro sea cada vez más grande...
-¿Y cómo se soluciona ese conflicto?
-La evolución ha tenido que buscar una solucion de compromiso y que, por cierto, es espléndida. Y es que a diferencia de los demás animales, nuestros niños llegan al mundo muy poco desarrollados, indefensos, casi a medio hacer... Pero a cambio llegan al mundo en un entorno que los protege, los cuida, un entorno en el que el padre se implica en la crianza, en el que existe una relacion de pareja estable que garantiza el éxito de la paternidad. Todo está perfectamente organizado para que la cría salga adelante. Otros mamíferos, que nacen y al cuarto de hora echan a andar, están mucho más completos, pero no gozan de ese entorno protector. La evolución ha tenido que dar muchos pasos previos para permitirnos el lujo de tener el cerebro que tenemos, y por el que pagamos el precio de nacer cuando aún no estamos desarrollados.
-¿Y la forma de parir?
-La forma de parir humana está entrelazada con todo lo demás. El embarazo no se puede prolongar más porque si fuera más largo el niño, sencillamente, no podría salir. Bastante le cuesta ya a la mujer parirlo tal y como está después de nueve meses.... A cambio, ese feto tan poco desarrollado llega a un entorno muy favorable para él.
- Es decir, que podemos nacer indefensos porque, a pesar de eso, nuestra supervivencia está garantizada...
Sí, pero nada es por casualidad. Antes del embarazo y el parto hay muchas más cosas. Está el sexo, la cópula, la competencia entre individuos... La evolución ha dado a las mujeres armas que favorecen la vida en pareja y, por tanto, la supervivencia de los hijos.
-¿Armas como cuales?
-Por ejemplo, las mujeres tienen los pechos abultados durante toda la vida, y no solo durante la lactancia, como sucede con otros mamíferos. En otras especies, los pechos abultados son una clara señal de no fertilidad. No hay ovulación durante la lactancia, luego en principio, una hembra con los pechos abultados no resulta deseable ni atractiva para los machos.
-Lo cual no ocurre en nuestra especie...
-Nuestra especie es la única en que los pechos abultados se convierten en un rasgo sexual. Decía Lynn Margulis que el cuerpo de la mujer es equívoco, poco claro, y que enmascara y hace imposible que se conozca cuál es su ciclo de ovulación. Ese hecho obliga al macho a estar siempre al lado de la hembra si quiere reproducirse, y da lugar a parejas estables. Es una estrategia evolutiva que favorece la formación de familias, de grupos protectores sin los que nuestros hijos tan indefensos no podrían sobrevivir.

viernes, 19 de octubre de 2012

La depresión tiene nombre de mujer, de Enrique Rojas en El Mundo


La depresión tiene nombre de mujer, de Enrique Rojas en El Mundo

TRIBUNA: PSIQUIATRÍA
El autor incide en las distintas formas que presenta esta enfermedad mental entre el sexo femenino. Estudia nueve posibles casos diferentes por sus factores físicos, psicológicos, sociales, culturales y familiares.
Mucho se ha hablado de las diferencias entre el hombre y la mujer, son dos estilos distintos y a la vez complementarios. Pero hay un hecho que ha cambiado el panorama y ha sido la incorporación de la mujer a la universidad, que comienza en Europa hacia 1960, aunque lo hace antes en Estados Unidos. Se trata de una frontera imprecisa, desdibujada, borrosa, de contornos zigzagueantes, aunque habría que analizar muchos matices, sobre todo en los países del Este, bajo el régimen comunista.
La incidencia de la depresión en la mujer es de dos a tres veces mayor que en el hombre en el mundo occidental. No es lo mismo la mujer del medio rural o urbano, la que trabaja exclusivamente en tareas domésticas o la que tiene actividad fuera del hogar, o la que comparte ambas tareas, la que ha tenido estudios universitarios o la que no ha podido acceder a ellos; también influye el estado civil, si tiene hijos o no y si están a su cargo.
Este artículo gira sobre las enfermedades depresivas que pueden asomar por una parte en relación con la vida hormonal femenina y por otra con las nuevas situaciones por las que atraviesa la mujer hoy. Se ha demostrado científicamente que la mujer es más vulnerable a la depresión que el hombre: hay factores físicos, psicológicos, sociales, culturales y familiares, que forman un perímetro envolvente.
1.- Las manifestaciones depresivas durante el síndrome de tensión premenstrual: son clásicos los trabajos de investigación de Piaget en Francia donde se ponen de manifiesto las grandes variaciones hormonales que se dan en la mujer cuatro ó cinco días antes de la menstruación. Aquí se asocian síntomas físicos: dolor de cabeza, dolores en las mamas (mastodinia), con sensación de hinchazón, molestias abdominales, dolor lumbar, cansancio, molestias en las piernas; también síntomas psicológicos: tristeza, llanto fácil, melancolía, hipersensibilidad psicológica, oscilaciones y cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, convertir una frustración en un drama (reacciones desproporcionadas) etc… No se puede hablar en sentido estricto de depresión sino de manifestaciones ligeras que dan lugar a que durante esos breves días la mujer se sumerja en una especie de bajón anímico notable. Un tercio de las mujeres de la Unión Europea padece este cuadro clínico. A veces se asocia también el síndrome de ovulación, lo que complica y aumenta esta sintomatología.
2.- Las depresiones en el curso del embarazo: se las llama depresiones gravídicas son menos frecuentes y según los trabajos de investigación llevados a cabo con más rigor científico tienen escaso valor estadístico. Una cosa es el embarazo deseado y otra, el no deseado. En el segundo caso pueden aparece manifestaciones de ansiedad que se deslizan hacia un cuadro depresivo. Pensemos en la adolescente embarazada de una relación afectiva de escasa consistencia; en esos casos el ánimo se puebla de nubarrones psicológicos donde asoma la desesperanza, la angustia y la falta de un futuro positivo.
3.- Las depresiones post-parto: estas tienen mucho interés y suelen darse en general en las cuatro semanas siguientes después de haber dado a luz. Las tasas de prevalencia oscilan entre el 10% y 40%. En mi experiencia personal he visto alguna en la inmediatez del parto, donde se suma el decaimiento del ánimo incluso un cierto rechazo al bebé, que a veces se asocia con sentimientos de incapacidad para quererlo y cuidarlo. En general son de gravedad moderada, y tienen buen pronóstico y excelente respuesta a los antidepresivos, si el tratamiento se aplica con prontitud.
4.- Depresión tras el aborto: aquí hay que ver dos modalidades. Las depresiones tras un aborto voluntario sumergen a esa mujer en una depresión insidiosa, progresiva, que va de menos a más y que produce soledad, falta de apoyo familiar, sentimiento de culpa y conflictos diversos. Ese hecho deja una huella que se esconde en el sótano de la personalidad y que asoma de forma intermitente y que sólo el psiquiatra, el ginecólogo o el médico de familia de confianza conocen. David Fergusson y su equipo publicaron en 2006 un trabajo muy interesante al respecto; según ellos, el 42% de mujeres que tuvieron un aborto voluntario antes de los 25 años experimentó una depresión grave en los cuatro años siguientes. Hoy muchos investigadores ponen de manifiesto que se puede hablar de depresiones camufladas, es decir, estas mujeres sólo explican lo que les sucede a personas con las que tienen gran intimidad. En nuestro país Gómez Lavín ha insistido en que el aborto provocado produce síntomas depresivos-ansiosos en un porcentaje alto de la población estudiada.
La depresión tras un aborto espontáneo tiene una repercusión diferente y depende de varios actores: tiempo de gestación, si es primípara (primer embarazo) o multípara (varios embarazos), si había mucha ilusión en este hijo o si ha sido no deseado, si se ha acompañado de una enfermedad física concomitante. En cualquier caso, normalmente la depresión es menos frecuente en el aborto espontáneo que en el voluntario.
5.- Las depresiones en la menopausia: son frecuentes y se deben a un importante cambio hormonal en la mujer. Esto se asocia con la disminución de dos hormonas: estrógenos y progesterona. Los síntomas depresivos pueden aparecer claros o enmascarados y da lugar a apatía, tristeza, melancolía, sentimiento de vacío. También en la menopausia quirúrgica, que se produce tras la extirpación de ovarios y del resto del aparato reproductor (histerectomía), pueden aparecer formas depresivas de cierta intensidad. La terapia hormonal sustitutiva suele ser muy eficaz. Aquí se produce el cese permanente de la menstruación, resultado de la pérdida de la actividad ovárica. No se trata sólo de la cuestión hormonal, sino que también actúan otros elementos psicológicos: el paso de los años, la salida de la madurez hacia una nueva etapa, asoma la tercera edad…
6.- Hay que distinguir las depresiones endógenas de las exógenas o reacciones depresivas. Las primeras son debidas a un desorden bioquímico cerebral de naturaleza compleja y que hoy conocemos mejor y se curan en un 90%. Las segundas son debidas a acontecimientos de la vida. Ortega y Gasset decía: yo soy yo y mi circunstancia. Hoy sabemos que existen dos factores desencadenantes de las exógenas; los macrotraumas, hechos de la vida negativos y duros que marcan una biografía: ruina económica, ausencia de trabajo, ruptura familiar… Y, por otro lado, los microtraumas, vivencias de menos importancia en su intensidad pero que sumadas forman una constelación de ingredientes negativos, que hacen que esa persona se deslice como a través de una rampa descendente hacia la depresión.
7.- Depresiones monopolares en la mujer: son aquellas en las que sólo afloran episodios depresivos. Es muy interesante tanto para la paciente como para el médico saber si esto coincide con alguna estación del año, como la primavera, ya que esa ritmicidad estacional nos da la pista de que se trata de un acontecimiento esencialmente bioquímico y en consecuencia tiene un pronóstico mucho mejor. En estos casos es fundamental determinar los posibles factores predisponentes o desencadenantes que son los que de alguna manera echan a andar este cuadro clínico.
8.- Depresiones bipolares en la mujer: cuando hay una oscilación entre la fase eufórica (maníaca), en la cual la persona está expansiva, verborreica, hiperactiva, con tendencia a la fuga de ideas y a realizar compras compulsivas… que alternan con episodios depresivos claros. Hoy el pronóstico ha cambiado en positivo y sabemos que contamos con estabilizadores del ánimo que garantizan en un 85-90 % de los casos el control de estos episodios alternativos. Muchas mujeres que han visto suceder en su persona la bipolaridad han aprendido a captar los momentos en que el ánimo va hacia arriba y en consecuencia tienen una conciencia bastante clara cuando esto se produce.
9.- Depresión en la mujer que lleva a su cargo una familia monoparental: ante la epidemia de rupturas conyugales que asola Occidente, es estadísticamente significativa la cantidad de madres que tienen una familia con ausencia de padre, donde se da una sobrecarga afectiva muy fuerte, un exceso de trabajo que produce un desgaste gradual y progresivo, agotamiento físico y psicológico, despersonalización (extrañeza de uno mismo), tendencia a valorar el propio trabajo de forma negativa, bajo nivel de autoestima, nerviosismo, angustia, descenso del estado de ánimo, que muchas veces conduce a una especie de fatiga crónica. A esto se le llama síndrome de estar quemado, que en inglés se traduce por burnoutsyndrome; está quemada una persona cuando está sobrepasada de responsabilidades y de trabajo, y su capacidad de adaptación ya no funciona.
Contamos con una tetralogía terapéutica formada por farmacoterapia (medicación en general y preventiva en particular), psicoterapia (pautas de conducta que ayudan a mejorar el propio comportamiento), laborterapia (actividades laborales o de otro tipo) y socioterapia (intentar mejorar el entorno para evitar la soledad y la inactividad). En las endógenas la medicación lleva la voz cantante, en las reacciones depresivas la psicoterapia.
La tristeza normal -de las dificultades y reveses de la vida- es la lucidez del perdedor, la tristeza de la depresión es el embotamiento del ánimo que se puebla de fantasmas y demonios interiores.
Enrique Rojas es catedrático de Psiquiatría, autor de Adiósdepresión.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Mucha más tranquilidad


"Los hombres temen a las mujeres"

17/10/2012 - 00:00
"Los hombres temen a las mujeres"
Foto: Inma Sainz de Baranda
La chamana
Su propia búsqueda de sentido la llevó por diversas sendas, desde los estudios más formales en psicoterapia hasta pasar diez años en India como alumna de varios maestros. Comprendió que el problema era la manera de mirar: "Toda nuestra educación está enfocada sólo hacia lo externo. Honro profundamente a los hombres, pero no al patriarcado: una manera de interpretar nuestra existencia. Debemos aprender a pensar de forma visceral y llevar nuestros pensamientos al corazón. Todos somos nutridores cuando nos abrimos a lo femenino, pero debemos empezar nosotras". Ejerce de chamana trabajando con grupos de mujeres. El 26 de octubre dará una charla en Barcelona (alquimiasocial.com).
Qué nos pasa a las mujeres?
Que hemos perdido nuestro auténtico poder. Durante milenios hemos seguido el modelo de la sumisión.

Eso ya pasó.
Estamos en el mundo cultural, económico y político, pero imitando y actuando desde el poder reconocido, que es el inmaduro masculino.

Defíname inmaduro masculino.
En su necesidad de dominar y controlar, consecuencia del miedo que surge de la desconexión de su femenino -que es la tierra, lo intuitivo, el cuerpo emocional, lo profundo, lo sagrado...-, ha despreciado la conexión con los sentimientos y las emociones. Los hombres temen a las mujeres porque temen su propio femenino.

Ahora muchos hombres son tiernos y se ocupan de su hogar.
La época moderna desacredita al macho. La mujer se ha masculinizado y el hombre se ha feminizado, pero su modelo es el del niño tierno, no el del hombre que cuida.

¿Nadie está en su lugar?
Hace milenios que no experimentamos el auténtico arquetipo masculino y femenino en su madurez. El sufrimiento que estamos viviendo (crisis económica, ecológica, política, social...) se debe a la imposibilidad relacional entre lo femenino y lo masculino.

Hábleme de ese femenino maduro.
El poder femenino auténtico se consigue a través de la reconexión y el despertar del útero. En las antiguas tradiciones, las mujeres sabían que su útero era su centro de poder creativo a todos los niveles.

¿Dónde nos coloca esa desconexión?
Actuamos con miedo, y desconocemos nuestro verdadero poder erótico y sensual. Si no estás anclada, eres como una cometa a la deriva, y eso nos deja en una situación de sumisión o de rebeldía ante el poder masculino inmaduro. Al no estar enraizadas, nos sentimos inseguras y mantenemos la falsa creencia de que necesitamos pertenecer a un hombre para ver en él el reflejo del amor que somos.

Queremos que nos quieran, lógico.
¿A qué precio?..., acallando las emociones. La cultura patriarcal ha desacreditado el poder femenino. La menstruación se ha visto como algo impuro que las propias mujeres esconden, cuando en realidad es la sangre de la vida, no está relacionada ni con la enfermedad ni con la muerte. Mediante ese proceso cíclico -preovulación, ovulación, premenstruación y menstruación- se accede a los auténticos arquetipos femeninos.

¿De qué se trata?
El ciclo femenino equivale a las cuatro estaciones, que son el proceso de muerte y resurrección. No puede haber creación sin muerte. Si las mujeres entráramos en la sabiduría innata de nuestros cuerpos, sabríamos que durante la premenstruación y la menstruación nos liberamos de nuestras sombras, lo que nos permite crear desde una nueva perspectiva. Es como una desintoxicación física y psíquica.

¿Y qué ocurre con las mujeres que no tienen útero o están en la menopausia?
Durante los años fértiles las mujeres vivimos en un estadio de aprendizaje de nuestro poder. Cuando llegamos a la menopausia somos ese poder: la mujer sabia, la bruja.

A la que se teme y se aparta.
Como mujeres estamos condicionadas a temer mostrar nuestro auténtico potencial (a menudo inconscientemente) para no herir al hombre y que nos abandone o agreda. Y físicamente nos sometemos a una crueldad de belleza (operaciones estéticas y demás) para aparentar eterna juventud, una falsa imitación de la auténtica belleza.

¿Cuál es esa auténtica belleza?
La fuerza del amor es lo que irradia una mujer cuando está conectada con el latido de su útero y que, independientemente de la edad, la hace permanecer jugosa y sensual.

¿Jugosas y sin un hombre al lado?
Sin un hombre al lado ya lo estamos aunque tengamos maridos, novios y amantes. Recuperar el poder femenino es la llave para salir del aislamiento colectivo.

¿De qué poder me habla?
Del amor bien entendido: intuitivo, erótico, tierno y feroz, a través del cual el hombre podrá verse reflejado y recuperar su dignidad y presencia; únicamente desde ahí se puede establecer el puente creativo y alquímico que auténticamente hay entre los dos.

Eso de amor feroz suena agresivo.
Es eso que tanto temen los hombres, esa necesaria furia femenina que dice las verdades, que reta a la masculinidad inmadura fruto del miedo a su propio femenino. Ese miedo, que los desconecta de las emociones y los deja en el mundo de las ideas, los despoja de su dignidad y los llena de vergüenza y culpabilidad por estar utilizando un poder que no está al servicio de la vida.

¿Cómo conectar con nuestro útero?
Poniendo la atención en esas partes (útero y vagina) abandonadas a la ciencia y al hombre, entramos en una maravillosa aventura de despertar de lo que ya intuíamos.

¿Pero cuál es la vía?
Para mí, la vía más rápida es a través de una danza que nos conecta al movimiento espiral y cíclico del universo, y que nos permite conectar con nosotras mismas y poseer la sabiduría necesaria en cada momento. La observación de nuestro proceso cíclico nos permite despertar los arquetipos femeninos y sanar la herida y la desconfianza entre nosotras herencia del patriarcado.


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